Resumen de tertulias y entrevistas en radio y TV (02/05/2019)

En Onda Cero, Ángel Gabilondo, candidato del PSOE a la comunidad de Madrid, ha dicho: “Creo que hay una ola de modernidad, de reforma, de progreso... y yo estoy inscrito en ese movimiento, que es el movimiento del PSOE". “El bloque de derechas es un nombre, y allí ya hay una disputa por el liderazgo. Lo que defina el Gobierno de la Comunidad de Madrid serán los escaños”. "Yo tengo tendencia a no excluir, sino a aglutinar a todos los que quieran seguir una línea de progreso. Puede que otros me excluyan a mí. Pero puede que muchos votantes de Cs estén abiertos a este progreso". "No quiero entrar en negociaciones con partidos que proponen cuestiones que están fuera de la constitución. Y Vox lo hace. Respeto a sus votantes, pero no tengo nada que pactar con el partido". "Yo espero y deseo que seamos capaces de aglutinar fuerzas en Madrid para que no haya suma de derechas”. "Creo que hay una dinámica de reformas en el país, creo en eso. Pero ahora falta trabajar".

En Onda Cero, Carlos Alsina comentaba: “El líder de Comisiones Obreras hizo ayer de Pablo Iglesias. Su discurso es el mismo y su pretensión también es la misma: que Podemos pise moqueta. Cargos, sillones, presupuesto y ministerios. El ministrable galapagueño garantiza ya lo que no está en condiciones de garantizar: que habrá gobierno de coalición suyo con Sánchez.

Pues no. Para que haya un gobierno estable no hace falta que sea de coalición (PSOE y Podemos no suman mayoría absoluta, Pablo). Para que haya un gobierno estable lo que hace falta es que ese gobierno tenga amarrada una mayoría parlamentaria. Y para eso no hace falta repartir ministerios, salvo que el compadre morado los exija como precio para que haya un presidente de izquierdas. O me das ministerios o te bloqueo.

Qué acabará haciendo Sánchez-el-cambiante es posible que aún no lo sepa ni él. Pero a veinticuatro días de las elecciones municipales su escudero Ábalos todo lo que menciona son los posibles acuerdos sobre el programa de gobierno, no sobre el reparto de ministerios.

Con Podemos a lo que aspira Sánchez es a repetir la foto aquella de la Moncloa que tanto agradó al morado porque parecía que él fuera el co-presidente. Lo parecía, en efecto, pero no lo era. Justo eso es lo que Sánchez sueña con repetir: todo lo co-presidente que quiera sentirse Pablo pero ausente, cada viernes, del Consejo de Ministros”.

En la SER, José María Izquierdo comentaba: “Decíamos ayer que es muy sencillo encontrar al ganador de las elecciones, y con la misma rotundidad es fácil elegir al perdedor: Pablo Casado, el protagonista de una derrota histórica, sin paliativos ni disculpas. Un fracaso absoluto, total, más de setenta escaños ha perdido el Partido Popular, que le deja al borde de ser superado por Albert Rivera, su rival en la derecha. Y todo ello ganado a pulso con un giro suicida durante su mandato hacia la extrema derecha de Vox, y una deriva repugnante hacia el insulto y la descalificación de los contrarios, en especial a Pedro Sánchez, que no solo daña al contrincante, sino a la decencia de la vida pública y a la esencia misma de la democracia. Un horror.

Pero con ser terrible ese derrumbamiento, quizá haya sido aún peor la reacción del pimpollo Casado. ¡Qué barbaridad, estaba el muerto en el velatorio y ya estaban renegando! Hay que tener desparpajo, y nula calidad personal y política para anunciar a bombo y platillo otro salto de siete leguas, ahora hacia el centro. ¿Quizá cree que alguien va a respetar a la peonza que gira hoy para acá, mañana para allá? Para colmo, ahora se dedica a insultar al líder reconquistador de Vox, al que tendrá que pedir sus votos si quiere superar a la izquierda el día 26. Casado, pimpollo, y además, chisgarabís”.

En la SER, Pepa Bueno opinaba: “En una semana estaremos inaugurando nueva campaña electoral. Nos pilla a todos agotados, exhaustos de política, sí, pero los partidos se juegan mucho poder territorial en ayuntamientos y comunidades, además del Parlamento Europeo. Todo lo que unos y otros dicen estos días sobre el resultado de las generales y la formación del gobierno de España es, otra vez, campaña electoral. La estrategia del PSOE de ocupar toda la centralidad política, la amenaza de Iglesias de o gobierno de coalición o nada, el brusco giro al centro de Pablo Casado, la ambición de Rivera de destronar al PP. Todo es otra vez campaña.

Hoy es el día de Madrid, la comunidad donde el PP lleva gobernando 24 años y donde Ciudadanos le superó el domingo en 90.000 votos. Veremos cómo materializan ambos el giro al centro madrileño, un lugar donde puede haber este mes overbooking. Es la comunidad donde más se visualiza la fractura en Podemos, con Errejón y Carmena encabezando una candidatura distinta a la del partido morado. La comunidad en la que el PSOE no gobierna desde 1995 y en las generales ha sido ha sido la primera fuerza. Y donde Vox no ha arrasado en las generales como se anunció durante meses.

Hoy es dos de mayo, el aniversario del levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas de Napoleón. Almudena Ariza, la corresponsal de la televisión pública, contaba que había escuchado estos días en Nueva York que España es el único país que ha derrotado a Napoleón y a Steve Bannon, el consultor político que empujó a Trump a la presidencia y que asesora ahora a la extrema derecha europea.

Pero aún les queda a todos un último asalto. Hasta el 26 de mayo no nos quitaremos el sayo electoral”.

En la COPE, Santi González destacaba: “Tendrá que ser para otra vez. El levantamiento de una parte de los militares venezolanos se resolvió en un golpe de mano que devolvió la libertad a Leopoldo López, pero no fue suficiente para inclinar al grueso del Ejército del lado de la libertad. Hubo precipitación de Guaidó en la convocatoria, se dice; se adelantó porque el régimen iba a detener al presidente encargado y a encarcelar a López. Vladimir Padrino, que presumiblemente estaba por la tarea se ha echado atrás ante lo que le parece una guachafita y los opositores a Maduro no atienden llamadas de Estados Unidos.

No será ahora, pero la represión no va a prevalecer mucho tiempo. La pervivencia del dictador es una amenaza para Venezuela cada vez más a corto plazo. La dictadura bolivariana está en situación agónica, después de haber convertido a Venezuela en un estado fallido. Y eso sí que no tiene vuelta atrás, aunque caiga la dictadura. Cuando Maduro sea depuesto se impondrá un plan Marshall para rescatar a ese desgraciado país de la miseria.

Aquí en lo más cercano, Pablo Iglesias, el admirador de Nicolás Maduro, sigue alineado y sostiene que el Gobierno se equivocó al reconocer a Guaidó. Se comprende. El día que Maduro caiga, vamos a conocer con precisión la financiación de Podemos, el imposible trabajo de Monedero y lo demás.

También es comprensible que Iglesias se empeñe en entrar en el Gobierno de Sánchez. Lo necesita para disimular un fiasco electoral en el que se ha dejado 29 escaños. Claro que el doctor Plagios, que ha sobrevivido a su equipo, no ha podido con la imagen de Echenique, la criatura, sentada en el Consejo de Ministras.  Lo que resulta más incomprensible es que Sánchez, el mismo Sánchez que no quería participar en los debates sin Vox, ahora no le admita en una ronda de conversaciones en la que debería participar de oficio”.

En la COPE, Salvador Sostres opinaba: “Todas las dictaduras provocan el hambre. Cuando una sociedad pasa hambre y está siendo masacrada, se rebela. Por qué Franco pudo durar 40 años en España: porque se vivía bien en España, había problemas, había falta de libertad, pero la gente uno pasaba hambre. Pero en Venezuela esto no sucede. Con lo cual, hoy, mañana o pasado, va a haber una solución”. “Esto no es un golpe de Estado, el golpe de Estado lo dio Maduro, haciendo ver que había ganado unas elecciones que no había ganado, creando una especie de Congreso paralelo y bananero para crear un poder que en el fondo no le correspondía. Y ahora lo que están intentando los opositores a Maduro no es dar un golpe de Estado sino corregir aquel golpe de Estado anterior y restituir la legalidad, la legitimidad y la democracia en Venezuela”. “Me parecería oportuno que, llegado el caso, tuviera el apoyo de una intervención de los EEUU, militar y también política. Somos los buenos y los otros son los malos”.

Pilar García de la Granja apuntaba: “Parece que ese apoyo de los EEUU en teoría ya estaba en marcha, pero algo ha fallado. Lo que me parece insólito es que se juegue con la vida de la gente de esta manera. Si tú has decidido que de la forma que sea vas a intervenir o ayudar a Guaidó y a Leopoldo López a restaurar la legalidad institucional en Venezuela lo tienes que tener muy bien preparado. No es posible que te falle en mitad del levantamiento”.

José María Fidalgo decía: “Una dictadura es muy difícil de combatir, aunque esté tambaleante. Y una dictadura tambaleante a veces está más furiosa y reparte más caña que una no tambaleante. La dictadura del general Franco se llevo gente por delante y a los oponentes, que los tenía bien fichados, los metía diez uy doce años de cárcel”. “Estas  cosas son sí. Una intervención militar creo que sería una masacre, una matanza, que era lo que les faltaba ya”. “Mi opinión es que si yo estuviera allí como opositor a la dictadura,  sabría que una intervención militar va a provocar sobre lo que hay una masacre de gente”.