La inserción de las personas con discapacidad sigue siendo una asignatura pendiente
En 2018 hubo récord de contratos a personas con discapacidad, pues se firmaron un total de 116.873, lo que supone un 6% más que el año anterior (110.068), según cifras facilitadas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Una muy buena noticia, que se une a otras -como la recuperación del derecho a votar-, pero aún falta mucho para lograr la plena inclusión de este colectivo, que la sociedad debería tener más presente en su vida cotidiana y no sólo el 3 de diciembre, cuando se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Los 116.873 contratos son “una cifra a celebrar que refleja la cada vez mayor participación de las personas con discapacidad en la esfera laboral y que rompe estigmas tan arraigados como la inactividad y la dependencia”, ha señalado Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco. Esta contratación experimenta una tendencia alcista desde el año 2012, sin embargo, el mayor aumento se produce en el ámbito del empleo protegido (Centros Especiales de Empleo, CEE), donde se ha pasado de 77.677 contratos en 2017 a 82.891 el año pasado y siguen representando el 71% del total. Por su parte, los contratos en una empresa ordinaria han aumentado desde los 32.391 a los 33.982, representando un 29% del total.
Los contratos en Centros Especiales de Empleo representan un 71% del total, los de empresas ordinarias un 29%
Recuerden que los Centros Especiales de Empleo son entornos formados por un 70% de empleados discapacitados, como mínimo, y diseñados para ellos porque en ese momento no pueden ejercer una actividad profesional en el mercado ordinario. En muchos casos, tienen detrás a asociaciones o entidades sin ánimo de lucro con las que colaboran algunas empresas. Un ejemplo son los proyectos ‘for&from’ de Inditex. Claro que la legislación establece que los CEE han de constituir, siempre que sea posible, un trampolín hacia la empresa ordinaria, donde la persona con discapacidad ocupe un puesto en un entorno convencional, donde “la discapacidad pasa a un segundo plano y prevalecen el talento y las competencias profesionales”, según Mesonero.
La contratación de este colectivo se ha incrementado un 98% en la última década, especialmente en el ámbito protegido, que ha pasado de suponer un 53% al 71%, mientras la proporción en la empresa ordinaria ha bajado del 47% al 29%. Es en esto último donde debería verse un cambio de tendencia y quizá hacer alguna reforma legal.
La contratación de discapacitados ha aumentado un 98%, sobre todo, en el ámbito protegido
La Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada en 2013, dice que las empresas, públicas o privadas, con más de 50 trabajadores, están obligadas a disponer de una cuota de reserva de personas discapacitadas del 2% del total de sus plantillas, pero en 2015 se regularon medidas alternativas para que puedan darse algunas excepciones.
En concreto, a través de la firma de un contrato con un CEE o con un trabajador autónomo discapacitado para el suministro de materiales o la prestación de servicios ajenos y accesorios a la actividad de la compañía. Desde el sindicato CCOO, se subraya que las políticas tienen que ir orientadas hacia la integración laboral, y aunque defiende los CEE, “debe fomentarse la inclusión en las empresas”.
Por ley, las empresas con más de 50 empleados están obligadas a tener un 2% de personas con discapacidad en sus plantillas, pero tienen medidas alternativas
“El reto es establecer, en los CEE, indicadores cuantificables de tránsito hacia el empleo ordinario. De lo contrario, se corre el riesgo de que, en lugar de constituir una excepcionalidad temporal, se perpetúen como una opción permanente, que choque con el cumplimiento legal”, ha afirmado Francisco Mesonero. Y es que las cifras reflejan como este “sistema de protección necesario y transitorio se está convirtiendo en una medida finalista” y, aunque se aumenta la participación de profesionales discapacitados en el mercado laboral, “no se avanza en la normalización de la discapacidad en nuestra sociedad”.
Se debe avanzar hacia la normalización de la discapacidad en nuestra sociedad, con estrategias de diversidad en inclusión
Las estrategias de Diversidad e Inclusión están en un fase muy temprana de desarrollo. “Las empresas ordinarias tienen voluntad de contratación, pero esta sigue enmarcándose en la excepcionalidad, en el cumplimiento de la Ley General de Discapacidad”, ha afirmado Mesonero. En su opinión, “el único camino es la implementación de un modelo integral de #DiversidadSinEtiquetas, basado en la equidad, el talento y la dignidad de las personas: solo así, la incorporación de profesionales con discapacidad en la empresa ordinaria será una realidad sostenible en el tiempo”. Y por tanto, las compañías deben reformar sus estructuras y adaptarse.
En lo que respecta a la normalización de la discapacidad en nuestra sociedad, no sólo se limita a la inserción laboral, y hay tres hechos recientes que contribuyen positivamente.
En primer lugar, todas las personas con discapacidad intelectual podrán votar. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado 6 de diciembre, coincidiendo con el 40 aniversario de la Constitución, la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral (LOREG) que beneficiará a más de 100.000 personas que hasta ahora tenían privado su derecho de voto.
Más de 100.000 personas con discapacidad intelectual han recuperado su derecho a votar
En segundo término, la Fundación Grupo Norte y el Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO), en colaboración con Adif, han organizado la exposición fotográfica ‘Las personas con discapacidad en la vida cotidiana’ en la estación de Atocha de Madrid, que podrá visitarse hasta finales de mes. Una visión normalizadora e integradora del colectivo a través de 42 fotografías, seleccionadas de un concurso internacional promovido desde 2003, para mostrar su realidad desde la perspectiva de sus propios protagonistas, con un enfoque positivo y de superación. Además, el Grupo Norte emplea actualmente a más de 350 personas con algún tipo de discapacidad, “con el convencimiento de que la integración a través del empleo es la mejor manera de promover la igualdad de oportunidades y de trato, y la fórmula más apta para construir una sociedad más libre, más justa y más igualitaria”, ha señalado Almudena Fontecha, presidenta de Fundación Grupo Norte.
Y en tercer lugar, pero no por ello menos importante, cabe hablar de la película ‘Campeones’ y el posterior documental ‘Ni distintos ni diferentes: campeones’ que se han estrenado en 2018. La película dirigida por Javier Fesser ha sido un éxito de taquilla, ha recaudado más de 19 millones de euros y ha recibido reconocimientos, entre ellos: fue elegida la representante de España en los Oscars como película de habla no inglesa, aunque finalmente no fue una de las preseleccionadas por la Academia de Hollywood; ‘Mejor película’ y ‘premio al cine en educación en valores’ en los Premios Forqué. Además, tiene 11 nominaciones a los Premios Goya, que se celebrarán próximamente. Por su parte, el documental dirigido por Álvaro Longoria narra las historias reales de los protagonistas de la exitosa película.
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