Las personas de edad avanzada han sido uno de los grupos de población más perjudicados como consecuencia de estos meses de confinamiento. El sedentarismo al que muchos se han visto obligados ha afectado a sus capacidades, mermándolas y colocándolos en una situación de fragilidad que aumenta el riesgo de sufrir un perjuicio para su salud y su desempeño funcional.

“Muchas personas mayores han vivido el confinamiento con muy poco movimiento, sin su paseo diario, y sin correr detrás de sus nietos. Más de dos meses después de este sedentarismo obligado pueden sufrir el ‘síndrome biológico de fragilidad’, un estado fisiológico caracterizado por hacer mucho más vulnerables a quienes lo padecen, y que reduce sus posibilidades de recuperación ante enfermedades”, explica el jefe del servicio de Medicina Interna de Quirónsalud Tenerife, el doctor José Alejandro Medina.

Aunque desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) valoran que cada persona cursa con una evolución diferente en este sentido, sí lamentan que la falta de recursos, de tiempo, así como la situación de confinamiento, dificultan y, en muchos casos, imposibilitan una correcta recuperación de las personas de edades más avanzadas.

Para poner remedio a esta situación, aunque sólo en los casos más leves, volver paulatinamente a las rutinas les puede ayudar a recuperar la forma física

Aquí el doctor Medina advierte de que pasar tanto tiempo sin ningún tipo de actividad física puede provocar la pérdida del 10% de la masa muscular, una debilidad que en los mayores, además de exponerles en mayor medida a sufrir fracturas, hace que la respuesta de su organismo a, por ejemplo, las infecciones como el coronavirus, “sea mucho más pobre”.

Además, según alerta la SEGG, este síndrome de declive no sólo afecta a las personas hospitalizadas, sino también a quienes hayan permanecido en sus casas durante estos meses confinados, ya que estos han incrementado el tiempo de comportamientos sedentarios y, por consiguiente, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y mortalidad prematura, entre otras.

En concreto, el especialista de Quirónsalud Tenerife precisa que se considera que un comportamiento es sedentario cuando una actividad es realizada por el individuo en posición sentada o inclinada, esta requiere un bajo gasto energético, se realiza con el individuo despierto, y acumula 8 horas al día. “Incluye actividades como ver la tele, hacer pasatiempos, hablar por teléfono, leer el periódico, comer, escribir o pintar mientras se está sentado, reclinado o acostado”, detalla.

Cómo paliar los perjuicios del sedentarismo

Para poder remedio a esta situación, aunque sólo en los casos más leves, el médico internista sostiene que la recuperación paulatina de las rutinas les puede ayudar a recuperar la forma física.

La falta de recursos, de tiempo, así como la situación de confinamiento, dificultan y, en muchos casos, imposibilitan una correcta recuperación

Ahora bien, en el caso de los cuadros más graves, aquellas personas de edad avanzada que tienen dificultad para levantarse de un sillón, o que no son capaces de recorrer cuatro metros en menos de 10 segundos, el doctor José Alejandro Medina ve muy importante que un profesional en la materia le paute una serie de ejercicios para tratar de recuperar su autonomía y su funcionalidad.

Según resalta, este entrenamiento tiene que ir siempre acompañado de una buena planificación nutricional basada en una hidratación adecuada, y en alimentos nada procesados; “sobre todo si tenemos en cuenta que la alimentación es otro de los aspectos que muchas personas han descuidado durante esta crisis sanitaria”.

A su vez, Medina enumera una serie de pautas que las personas de edad avanzada pueden incluir en su rutina diaria, de acuerdo con los consejos de la SEGG en la materia:

1.- Haz una rutina de tareas en casa que te obligue a cambiar de sitio cada vez.

2.- Si no puedes ponerte de pie o andar, haz ejercicio sentado.

3.- Levántate cada hora en punto y da una vuelta en casa.

4.- Si ves la televisión aprovecha las medias partes y los anuncios para mirarlos de pie.

5.- Busca actividades de entretenimiento que también puedas hacerlas de pie.

6.- Ponte alarmas en el reloj o móvil que te recuerden el moverte.

7.- Ponte música y baila ya sea sentado o de pie.

El sendentarismo en la edad adulta también pasa factura

Igualmente, el especialista en Medicina Interna de Hospital Quirónsalud Tenerife advierte de que el sedentarismo no sólo es perjudicial en las personas de edad avanzada, sino que también lo es en las personas que se encuentran en edad laboral, y que precisamente ahora con el teletrabajo su horario laboral se ha visto alterado, con la pérdida de la delimitación horaria.

Para aquellas personas de edad avanzada que tienen dificultad para levantarse de un sillón, o que no son capaces de recorrer cuatro metros en menos de 10 segundos, es muy importante que un profesional le paute una serie de ejercicios 

“Como consecuencia, muchas personas permanecen conectadas todo el rato al trabajo, de forma que también se han roto en estos meses esas rutinas positivas del día a día antes de la pandemia, como el hacer ejercicio varias veces a la semana. Todo ello perjudica a nuestra salud y aumenta las probabilidades de acumular daño vascular y/o en el aparato locomotor”, señala el doctor.

Es más, alerta de que cuantas más horas permanezcamos sentados, se acumulará más riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un ictus o una isquemia en los miembros inferiores., “Episodios sobre los que no hay que dudar a la hora de ir hospital, especialmente si cuentan con la certificación ‘Protocolo Seguro frente al COVID-19’, emitida por Applus+, como es el caso del Hospital Quirónsalud Tenerife, ya que este sello garantiza que es un espacio protegido, controlado y alineado con los estándares más exigentes frente a la pandemia causada por el coronavirus.

Según insiste el especialista, existe una relación dosis-respuesta entre el número de horas sentados y la morbi-mortalidad cardiovascular, para lo que ve imprescindible la recuperación de las rutinas, y muy especialmente de la actividad física diaria, y además que esta se haga de forma gradual.

“Nos hemos atrofiado, hemos perdido hábitos y reflejos, y a la hora de recuperar la actividad tras el confinamiento pueden aparecer problemas que antes no tenías, como una insuficiencia venosa crónica, o que seamos más propensos a sufrir lesiones como traumatismos, algunos de ellos peligrosos como son las fracturas de cadera en el anciano", sentencia el doctor José Alejandro Medina.