La nueva Administración estadounidense está tomando decisiones para proteger su independencia y dejar de financiar a organismos internacionales cuyas directrices, intereses o ideología no encajan con las de Donald Trump. 

Así, por ejemplo, el Gobierno de EEUU tomó la decisión, en enero de este año, de retirarse de la OMS y, por tanto, dejar de financiar este organismo de la ONU. 

Y ayer martes, la Administración de Donald Trump realizó un nuevo anuncio: volver a retirarse de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), otro organismo de la ONU. Esta decisión será efectiva el 31 de diciembre de 2026.

La viceportavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, explicó que el presidente Trump había tomado esa decisión «por apoyar causas woke y otras que son cultural y socialmente divisivas». 

Por su parte, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, lo anunció así, en un comunicado: «Estados Unidos ha informado hoy a la directora general (del organismo internacional) Audrey Azoulay de la decisión estadounidense de retirarse de la UNESCO. Seguir involucrados en la UNESCO no va en favor de los intereses nacionales de Estados Unidos».

Bruce ha añadido: «La UNESCO trabaja para hacer avanzar causas sociales y culturales divisivas y mantiene un foco desproporcionado sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (de la Agenda 2030), una agenda globalista e ideológica para el desarrollo internacional que choca con su política de Estados Unidos Primero».

Y añadió que «la decisión de la UNESCO de admitir al ‘Estado de Palestina’ como Estado miembro es altamente problemática, contraria a la política estadounidense y que contribuye a la proliferación de una retórica antiisraelí en el seno de la organización».