Apenas tres días han pasado desde Audrey Elizabeth Hale, una mujer transgénero de 28 años matara a tres niños y tres adultos en un tiroteo en una escuela infantil de Nashville en Tennessee (Estados Unidos). 

La primera respuesta de Biden a los hechos fue más que desafortunada: "Me llamo Joe Biden, soy el marido de la doctora Biden y me gusta el helado de chocolate", fue la reacción del 'Líder de Occidente' ante la matanza de Nashville. 

Pero la cosa ha empeorado. Con motivo del Día de la Visibilidad Transgénero, conmemorada el 31 de marzo y que algunos activistas han rebautizado como 'Día de la Venganza Trans', Joe Biden emitía una proclamación oficial, asegurando que los estaunidenses trans "dan forma al alma de nuestra nación". Insistimos, tres días después de que una persona trans matara a seis personas, tres de ellas niños. 

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Pero la cosa no quedó ahí, “Los estadounidenses transgénero dan forma al alma de nuestra nación: sirviendo con orgullo en el ejército, curando enfermedades mortales, ocupando cargos electos, dirigiendo negocios prósperos, luchando por la justicia, criando familias y mucho más”, aseguró Biden. 

"Hoy, a demasiados estadounidenses transgénero todavía se les niegan... derechos y libertades", continuó la declaración del presidente. "Una ola de leyes estatales discriminatorias está dirigida a los jóvenes transgénero, aterrorizando a las familias y lastimando a los niños que no lastiman a nadie. Una epidemia de violencia contra las mujeres y niñas transgénero, en particular las mujeres y niñas de color, se ha cobrado vidas demasiado pronto", en una abierta crítica a los numerosos Estados republicanos que han aprobado leyes que prohíben la hormonación y los cambios de sexo. 

La declaración continuó como un planfeto político, en el que el Presidente de Estados Unidos promocionó las políticas de su administración para apoyar a la comunidad transgénero.