Lloyd Austin, general retirado de cuatro estrellas, secretario de Defensa del gobierno norteamericano, jefe del Pentágono, mandamás del Ejército mas poderoso del mundo... ha estado hospitalizado sin que su jefe directo, el presidente Joe Biden se haya enterado de ello. 

Pero, con todo respeto: ¿quién manda en este mundo de locos, liderado por el senil 'Yayoyou'? Senil y encima con muy mala leche, al menos en sus raptos de lucidez, cada día más limitados.

Y no es que me disguste que Biden no se entere de nada como tampoco me aflige en demasía la situación de acracia real en la que nos movemos. Sólo digo que lo de la anarquía tiene apariencia romántica pero no es sino la ley de la selva o algo peor, como denunciaba Chesterton: "cuando te saltas las grandes leyes, no encuentras la libertad, ni siquiera encuentras la anarquía, lo que encuentras son leyes pequeñas". Es decir, cuando olvidas las leyes morales, que son las grandes leyes, las normas justas, te topas con una profusión de normas tan banales como insidiosas... y verdaderamente asfixiantes.

Y además. cuando nadie manda es muy posible que acabe mandando alguien desde la sombra. Cuando no manda el poder público manda el poder privado. No hablo de la bendita propiedad privada sino del poder privado, que suele ser tan grande y, por tanto tan pernicioso como el poder público. Pues ese poder privado no rinde cuentas ante nadie y se guía, exclusivamente, por el éxito o el fracaso de sus objetivos, no por la justicia.