El diputado Fabrizio Rossi, de Fratelli d’Italia, partido de la Primer Ministro, Giorgia Meloni, ha presentado en la Cámara de diputados italiana un proyecto con la intención de prohibir la posibilidad de convertir naves industriales y garajes en lugares de culto. El borrador ha sido presentado en la Comisión de Medio Ambiente como parte de la nueva planificación urbana.

La reforma propuesta pretende que las asociaciones culturales que han solicitado estos inmuebles no puedan utilizarlos como lugares de culto. Fabrizio Rossi, de Hermanos de Italia, afirmó que esta medida pretende limitar la “proliferación” de asociaciones que gestionan lugares de culto para comunidades islámicas en inmuebles que carecen de “requisitos urbanísticos, estructurales y de seguridad necesarios”. 

Tal como recoge El Debate, el islam es la única religión, entre las principales que operan en Italia, que aún no ha firmado un acuerdo con el Estado, pese a contar con dos millones de fieles, y solo una decena de lugares de culto oficialmente reconocidos, y edificados a raíz de un acuerdo con los ayuntamientos. Eso significa que la inmensa mayoría de seguidores de Alá en territorio italiano practica su culto en barracones, sótanos o garajes previamente acomodados. Son estos locales los que están en el punto de mira de la propuesta de ley impulsada por el partido de la jefa del Gobierno, Giorgia Meloni.

Al abordar el fondo de la cuestión, imanes y laicos -con responsabilidades asociativas o de a pie– denuncian un ataque sin precedentes a la libertad religiosa y de culto, consagrada en la Constitución italiana. Algunos, incluso, hablan de impugnación a todo el islam italiano.

La oposición acusa a FdI de ser un partido islamófobo y al proyecto de anticonstitucional.