El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha ordenado disparar a matar y sin previo aviso a los manifestantes que protestan por el alto precio de la energía (cuidado Teresa Ribera, las barbas del vecino sursiberiano acechan). 

Además, Moscú y Pekín, por el este y por el oeste han salido a defender a la antigua república soviética, uno de los países más grandes y más despoblados del mundo.

Para situarnos, la antigua república soviética de Asia Central representa la persistencia del comunismo, aunque ahora se trate de comunismo capitalista, el propio del siglo XXI. Malo.

De inmediato, Moscú y Pekín cierran filas en torno a Astaná. Y no me preocupa que lo haga Putin, sino que lo haga Pekín. Más me preocupa que, al igual que ha ocurrido con el problema del gas, se unan Rusia y China

Moscú y Pekín cierran filas en torno a Astaná

China no tiene remedio para Occidente. Sólo cabe la evangelización del país y eso se presenta difícil. Pero Putin es un personaje, no muy clemente ciertamente, por su crueldad pero sí cree en algo mientras que el actual Occidente cristiano no cree en nada. El estúpido progresismo occidental no ha comprendido que Putin mantiene lo que ellos no mantienen: unos principios y una convicción de que la verdad existe. Otra cosa es que sea un personaje inmoral, que lo es, pero al menos, mantiene sus principios donde debe y algún día podrá volver a ellos. El progreso occidental que ha abandonado sus principios y no a veces no sabe dónde tiene que regresar. 

Putin dice que un hombre es un hombre y una mujer es una mujer, que un padre es un padre y una madre es una madre. Mientras, los tontiprogres del Nuevo Orden Mundial inventan los 112 sexos y se pierden en el sexo de los ángeles... en los que tampoco creen.

El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha ordenado disparar a matar

Ahora bien con Europa y Estados Unidos e Hispanoamérica, atenazados por el veneno progre, Putin se ha ido alejando de Occidente, al que pretendía volver. 

Cada vez le veo más refugiado en el panteísmo de la madre Rusia. Y de ahí no puede salir mucho bueno.