Xi Jinping amenaza al mundo entero: "La humanidad debe elegir entre la paz y la guerra". Como no hay peor sordo que él que no quiere oír, el grito de Xi, el pasado miércoles 3, ha sido 'ocultado' por los altavoces occidentales, que en su degeneración han apostado por la política del avestruz y por el Síndrome de Estocolmo, que nos susurra: 'los chinos son nuestros amigos'.

La amenaza de Xi ha sido perpetrada mientras nos mostraba, rodeado de gente clemente, como Kim Jong-un o Vladimir Putin, su impresionante arsenal nuclear. El indio Narendra Modi ya se había marchado porque le repugna el olor a sangre que provoca su panteísmo pero su espíritu permanecía en el aquelarre.

Es más, ya ni oculta su condición de comunista: dirigiéndose a una muestra de sus 2 millones de soldados, el ejército más populoso del mundo, Jinping gritó a sus uniformados: "¡Camaradas, buen trabajo!". A lo que éstos repondieron: "¡Servimos al pueblo!". El camarada Stalin se habría sentido tan orgulloso como preocupado del poderío de Pekín.

A ver si nos aclaramos: el mayor tirano del mudo se llama Xi Jinping, y conforma un peligro inminente con el resto de sus aliados orientales. Los chinos han logrado elevar la contradicción a mandamiento, con su principio de "un país, dos sistemas", heredero de lo que le dijera Deng Xiaoping, el arquitecto de la nueva china post-Mao, a Felipe González: "Gato blanco o gato negro, qué más da si caza ratones". Traducido: sistema político comunista con sistema económico capitalista.

El tercer escenario de esta guerra global, tras Gaza y Ucrania, entre Occidente y la Triple Alianza (Jinping, Modi y Putin) tiene lugar en Occidente, en Venezuela... y Rusia parece ahora irrecuperable para Occidente

Pues menos mal que no son leninistas y que, según la Europa decadente actual, llamarle comunista a un comunista es una exageración fascista. De otro modo debería preocuparnos que el mayor tirano del globo, de nombre Xi, amenace al mundo con una guerra, con palabras tan inequívocas y en presencia de sus dos colegas con arsenal nuclear: Putin y el oligofrénico Kim Jong-un, personaje idóneo el norcoreano, no para ganar la III Guerra mundial, pero sí para iniciarla.

Señores: el peligro de enfrentamiento bélico global entre el Oriente panteísta y el Occidente cristiano es real y el mayor problema es que al mundo libre le pilla degenerado.

Quiero decir que Europa se ha descristianizado, que es lo mismo que decir que Europa ha perdido su identidad. Sólo Donald Trump, el único líder occidental que entiende lo que sucede en el mundo, aunque le pierda su visión nacionalista, un poco cicatera, de Estados Unidos y su desprecio hacia Europa, entiende lo que supone la descristianización de Occidente. Ahora bien, ni Estados Unidos en solitario puede pelear contra la Triple alianza (China, India y Rusia) y, al mismo tiempo estar a la greña con sus aliados naturales: Europa e Hispanoamérica.

Además, hablando de la Hispanidad, la Triple Alianza (Jinping, Modi y Putin), que desprecia al mundo hispano, cuenta con aliados en él. El primero, que no el único, Venezuela, pero también hay que añadir a Brasil, México o Colombia. Sí, el tercer escenario de la guerra, cada vez más caliente, entre Occidente y la Triple Alianza tiene lugar en Occidente, en Venezuela...

Mientras, Rusia parece, ahora mismo, aunque Trump lo ha intentado, irrecuperable para Occidente.