El recién elegido presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, quiere marcar distancias con el reciente pasado boliviano izquierdista y ha anunciado una medida que lo ejemplifica perfectamente: no va a invitar a su toma de posesión a los dictadores izquierdistas Nicolás Maduro (Venezuela), Miguel Díaz-Canel (Cuba) y Daniel Ortega (Nicaragua) ya que se trata de regímenes que "no son democráticos" y que "no quisiera que mi país fuera ninguno de esos tres". 

En una entrevista hoy en El País, Paz señala que "necesitamos tiempo para arrancar otra forma de gestionar la economía". "Vamos a trabajar con aquel que quiera trabajar con Bolivia".  

En otra entrevista, Paz se autodefinió de la siguiente manera: “Un hombre que tiene dos felicidades enormes, amar a la patria y amar a su familia”. “A partir de ello, construye una visión junto a otros hombres y mujeres que aman la paz, el conjunto de la patria y sus familias con valores cristianos, y estamos en un trabajo de generar un gran acuerdo, un consenso”. 

Hablando del reciente pasado izquierdista boliviano, el expresidente Evo Morales ha sido acusado formalmente por la Fiscalía boliviana de un delito de trata agravada de personas, que incluye  presuntamente haber tenido un hijo con una menor de edad cuando era presidente, en 2016.