El Rey y su enemigo
El bulo que aún corre por Madrid dice así: Pedro se plantó en La Zarzuela y exigió al Rey la promesa de que firmaría una ley de amnistía para recuperar la 'concordia' entre los españoles. ¡Cuántas aberraciones habrá perpetrado la humanidad bajo el exquisito y pacifista argumento de la concordia nacional! El Rey no sólo se habría negado sino que, ante la insistencia de Sánchez, habría ordenado a la Guardia Real que expulsara de Palacio al presidente del Gobierno en funciones y a todo su séquito.
El Rey de España sólo escucha dos consejos: el familiar, personificado en su esposa Letizia, progre-sanchista de pro, y el de Jaime Alfonsín, cuyo único objetivo es el de sobrevivir sin arriesgar, el camino más recto hacia la tumba, personal y dinástica
Lamentablemente, todo lo anterior es falso. Rumor cuyo éxito en los mentideros madrileños resulta extraordinariamente significativo, sí, pero falso. El actual monarca español, quien pocas veces se ha caracterizado por su valentía, sólo escucha dos consejos: el familiar, personificado en su esposa Letizia, progre-sanchista de pro, y el de Jaime Alfonsín, jefe de la Casa Real y personaje sumiso ante Moncloa, sin otro objetivo que el de que la monarquía y él mismo, sobrevivan. Algo que, como todo el mundo sabe, representa el camino más recto hacia la tumba, personal y dinástica. Sí, el camino más corto hacia la III República.
El clamor crece: hay que echar a Sánchez. Pero la prensa y el eficacísimo aparato de propaganda del Sanchismo han anestesiado al pueblo español. Recuerden: tras el fracaso del 28-M, en tan sólo 50 días, 8 millones de españoles votaron a su verdugo, Pedro Sánchez
Dos consejeros, Doña Letizia y Alfonsín. Ambos se muestran serviles ante el ególatra Sánchez, la primera porque es tan progre como él, el segundo porque, al igual que ocurre con tantos compañeros periodistas hoy, ha confundido la imparcialidad con la neutralidad.
¿Qué es lo que el monarca español debería hacer? Lo del bulo: decirle a Sánchez que no le nominará para formar Gobierno si su plan es -y lo es- el de unirse con todos los "orcos del Mordor": ERC, Bildu, Junts y PNV. No se puede gobernar España con todos los que aborrecen a España. Tiene una semana para hacerlo, porque luego viene la sesión de investidura. Lo lógico, y no es lo que le gusta al abajo-firmante, es que ya que no se puede impedir la España roja se impida la España rota: que el Rey obligue a Sánchez a un pacto PSOE-PP, que es a lo que se niega Sánchez, de nuevo, porque, en ese caso, la lógica llevaría a un pacto entre PP y PSOE... con Feijóo de presidente, al menos durante los dos primeros años. Un bulo, sí, pero extraordinariamente revelador.
Lo que nos estamos jugando es mucho y de nuevo Feijóo comete el mismo error de la última semana de campaña electoral, justo lo que le hizo perder las elecciones: prescindir de Vox. Pues entre el PP progre y el mortecino Vox está el voto católico
Por otra parte, la situación actual de España no deja de ser muy curiosa. El clamor crece: hay que echar a Pedro Sánchez, que ha sido, y es, un verdadero cáncer para España. Pero la prensa -¡Ay dolor!- y el eficacísimo aparato de propaganda del Sanchismo han anestesiado al pueblo español. Recuerden: tras el fracaso del 28-M, en tan sólo 50 días, 8 millones de españoles votaron a su verdugo, Pedro Sánchez. Algo está fallando.
Porque lo que nos estamos jugando en este momento todos los españoles es mucho. Por ejemplo, nos estamos jugando nuestra historia y nuestra identidad. Y justo ahora, encima, Feijóo comete el mismo error de la última semana de campaña electoral del 23-J, justo lo que le hizo perder las elecciones: prescindir de Vox en la protesta. No olvidemos que entre el PP progre y el mortecino Vox está el importante voto católico, voto en valores, si lo prefieren, que es el que sufre la siguiente tentación: ¿Para qué quiero un Pedro Sánchez de derechas, o sea, a don Alberto Núñez Feijoó?
A la hora de la verdad, el PNV siempre ha estado con el Frente Popular. Los catalanes no pero, como pueblo sentimental que es, cuando comienza la guerra civil resulta más cruel aún que los vascos. Además, ahora se dejan dirigir por un majadero: Carles 'Puchi' Puigdemont.
A la hora de la verdad, el PNV siempre ha estado con el Frente Popular. Los catalanes no, pero como pueblo sentimental que es, cuando comienza la guerra civil resulta más cruel aún que los vascos. Además, ahora se dejan dirigir por un majadero: Puigdemont
El nacionalismo vasco no tiene ni pasado ni presente común con el nacionalismo catalán, pero a ambos les une una misma cosa: Su odio a España. El odio une mucho. Así Ortúzar se entiende con Puchi -en correcto castellano, claro está- y por eso Bildu acaba de solicitar a los presuntos nacionalistas moderados un "pacto de país" y por eso en ERC tratan de cerrar filas con Junts. Saben que el Frente Popular, la posible guerra civil peor, ahora mismo, los logros de ventajas políticas y de ganancias pecuniarias sólo es posible con Pedro Sanchez, un personaje del Nuevo Orden Mundial (NOM) extraordinariamente versátil.
Sí, lo que nos jugamos es mucho... en esta semana que comienza, crucial para el Rey de España. Es su momento para plantarle cara, no a Sanchez, sino al cáncer del Sanchismo. A ver si sabe estar a la altura y el bulo se convierte en realidad.