Hablo con un socialista histórico, que fuera ministro de Felipe González. Está aterrado con la degeneración continúa de Pedro Sánchez. Me cita dos ejemplos: el de Irene Montero, ministra de Igualdad, cuando asegura que un menor debe poder acostarse con quien quiera mientras sea libremente y el de su compañera de Gabinete y de partido, la ministra de Igualdad, Ione Belarra, a un paso de aprobar su ley animalista en la que se justifica la zoofilia, la coyunda sexual con animales, eso que siempre fue conocido como bestialismo... más conocido por los hombres que por las bestias... porque las bestias no lo practican salvo que el ser humano les fuerce a ello.

No es coña. El ministro de Justicia polaco, Zbigniew Ziobro (a qué no lo repiten tres veces seguidas sin trabarse), asegura que España está legalizando la zoofilia, es decir, el ayuntamiento carnal de la especie racional con los animales irracionales, que en seguimiento de su instinto se muestran más razonables que algunos racionales.

La cosa está en la ley animalista que prepara Ione Belarra, esa muchacha sin límites que -entre pan y pan, lechuga- ahora nos propone rebajar la cesta de la compra, un 14%. Así, por el artículo 33. A lo mejor en lo que está pensando la secretaria general de Podemos y ministra de Igualdad es en que los pobres coman más barato y, para pasar el rato, copulen con su perro.

Y en medio el fenómeno Frankenstein de la transexualidad, que ayer, no un podemita, sino el estadista Pedro Sánchez aseguraba, en el Senado, que constituía una ampliación de derechos para una minoría (sic).

En su majadería, continúa, los podemitas son peligrosos. Ahora bien, los culpables no son ellos. Ellos nunca habrían llegado, no ya al cargo oficial, sino a lo realmente temible, al BOE, sin que el estadista Pedro Sánchez les hubiera aupado hasta ahí. Por tanto, el problema de la España alocada en la que vivimos y de la degeneración acelerada del Sanchismo, del gobierno sociopodemita, no es de Podemos, es de Pedro Sánchez.

Porque el presidente del Gobierno está en manos del ultraprogresismo... pero, ojo, está muy a gusto. Incluso está dispuesto a repetir otro gobierno en minoría que sume a comunistas, nacionalistas, separatistas, ultra izquierda de todo tipo y hasta proetarras... y está dispuesto a sumarles al precio que sea... y ellos lo saben.

Eso sí, manteniendo el capitalismo de Estado, es decir, lo que llamamos socialdemocracia. Porque otra cosa no le permitiría ni Washington ni, sobre todo Bruselas. A día de hoy, el único principio europeo que queda es el de que el Estado tiene que ser cada vez más grande y que el individuo lo que tiene que hacer es pagar cada día más impuestos a cambio de servicios cada día más cutres.

El Sanchismo degenera en su recta final, con la apertura a la pederastia de Irene Montero y el bestialismo de Ione Belarra, pero el responsable es Sánchez.

Y espero que estemos en la recta final del Sanchismo porque como repita en Moncloa, ¿cuál será su próxima frontera?