Podemos comenzó su gloriosa historia como una panda de gamberros poco amigos de la higiene y entusiastas de la fornicación. Antes de su triunfo, bendecido por la urnas y consagrado por Pedro Sánchez, varios 'indignados', arrebataron la gorra de su uniforme a un guardia civil que protegía el ministerio del Interior y presumieron de ello en publico: "Le hemos quitado la gorrita". Imagínense si, en lugar de gamberros podemitas, hubieran sido terroristas, a las puertas mismas del Ministerio del Interior.

Se trata de una nueva cesión de Sánchez para mantenerse en el sillón. La ley de Jorge Fernández se quedó corta: defendió un mayor respeto a la policía pero le dio pocos medios para ejecutarlo

En aquel contexto de impunidad callejera, con Pablo Iglesias, siempre en segunda fila para vigilar su salud, pero galvanizando a sus jóvenes cenutrios para que se enfrentaran a la policía, allá por el verano de 2014, el entonces ministro del Interior de Rajoy, Jorge Fernández, envía al Congreso una ley de Seguridad Ciudadana que la izquierda calificó como "ley mordaza".

¿Cómo era la ley? En opinión de algunos, por ejemplo yo, iba en buena dirección pero se quedaba muy corta.

Pues bien, en el último tramo de la presente legislatura, Sánchez vuelve a ceder ante sus socios de moción de censura, los mismos que le tienen secuestrado desde su investidura y elevan cada día sus exigencias. A él no le importa mucho. Con permanecer en el poder tiene bastante.

La ley de Seguridad Ciudadana del PP no re-educó a la policía, ni a los españoles, para defender al débil del fuerte... con respaldo judicial

¿En qué consiste el preacuerdo PSOE-Podemos para modificar la ley de Seguridad Ciudadana del PP y cambiarla por una nueva ley, esta vez sí, ley de mordaza progresista? Pues podríamos definirla así: recortar la libertad y aumentar la impunidad. Naturalmente, el gobierno nos lo presenta como todo lo contrario.

Se trata de una nueva cesión de Sánchez para mantenerse en el sillón. La ley de Jorge Fernández, en efecto, se quedó corta: defendió un mayor respeto a la policía pero le dio pocos medios para imponer ese respeto.

Y lo que es más importante: la ley de Seguridad Ciudadana del PP no re-educó a la policía para defender al débil del fuerte, que en eso consiste su función... con el debido respaldo judicial. A día de hoy, esto es lo importante, en las calles españolas sigue reinando la ley del más fuerte y la burocracia judicial: el español no denuncia porque sabe que no servirá para nada mientras Marlaska sigue insistiendo en que el número de delitos disminuye. Naturalmente, sólo la denuncia define el delito. Sin denuncia, el delito permanece pero no se contabiliza. En esto consiste el gran engaño de Marlaska.

Podemos pretende recuperar la calle de forma violenta, ahora que su poder político camina hacia el ocaso

Naturalmente, lo que pretende Podemos es recuperar la calle de forma violenta o por coacción generalizada. Justo ahora, cuando su poder político camina hacia el ocaso.

Y en esto consiste el empeño en acabar con la Ley mordaza del PP, si usted me entiende. Es una ley de mínimos, pero hasta los mínimos se pretende eliminar. Se trata de que reina la impunidad: la impunidad podemita, se entiende.