La ex consejera de la Generalitat, Clara Ponsatí, con una orden de detención pendiente, ha sido... detenida horas después de aterrizar en Barcelona, tras cinco años huída y una rueda de prensa donde aseguró que iba a plantar cara al Estado español.

La pregunta es: ¿El procés sigue vivo? Según y cómo. Ante todo, Carles Puigdemont, que se aburre mucho en Bruselas, ha decidido sacrificar a Ponsatí para que el procés no agonice. Los indepes empiezan a ser conscientes de que los apoyos multitudinarios que la gente les hubiese proporcionado en el pasado, ante una detención de este tipo, ya son historia. No es que el independentismo tenga menos adeptos, a lo peor tiene los mismos, sino que la locura separatista ha sido de tal calibre que los catalanes ya no están para bromas. El 'suflé', ahora sí, está bajando.

Más de 2.500 indepes tienen cargos como para entrar en prisión. Eso es lo que preocupa a Sánchez: podría reavivar el conflicto y él pretende presentarse a las elecciones como el pacificador de Cataluña

Y Sánchez está feliz. Ahora bien, tiene un problema: más de 2.500 indepes tienen cargos suficientes como para entrar en prisión. Eso es lo que preocupa a Sánchez porque eso sí que podría reavivar el conflicto.

Además, Junts y ERC están ahora más separados que Madrid y Barcelona. Y resulta que en el otro bando indepe, en ERC, Oriol Junqueras asombró a los empresarios catalanes... por su ignorancia: "Parece vivir en un mundo paralelo", sentenció uno de ellos.

Hablo de una reunión de Junqueras con los empresarios de la Patronal catalana, Foment, que preside Josep Sánchez Llibre, Junqueras aseguró en ella que nada había cambiado y que Cataluña seguía siendo un polo que atraía inversores y que la independencia se conseguiría mañana misma sin merma para la economía. 

En el otro bando indepe, ERC, Oriol Junqueras asombró a los empresarios catalanes... por su ignorancia: "Parece vivir en un mundo paralelo", sentenció uno de ellos

No, el suflé está bajando por hartazgo, por un hastío y un cansancio insufribles. Sólo nuevas detenciones, más o menos forzadas, podrían reavivarlo. Es justo lo que pretende Puigdemont... pero como no le gusta que le detengan a él, y eso que resultaría más impactante, ha mandado por delante a Ponsatí, sacrificada en aras de la causa indepe.