En Navarra, en las elecciones del pasado 28 de mayo, UPN obtuvo 15 escaños. El PSOE 11. EH Bildu 9. Geroa Bai 7. PP 3. Contigo Zurekin 3. Y Vox 2.  

La mayoría absoluta se sitúa en los 26 escaños de un total de 50.

Con ese resultado, y después de que las derechas no lograsen la mayoría absoluta (se han quedado en los mismos 20 escaños que en 2019, UPN 15, PP 3 y Vox 2), estaba cantado que el Gobierno volvería a quedar en manos de las izquierdas y de los nacionalistas vascos. 

Y es lo que ha ocurrido. En la anterior legislatura, terminada en mayo de este año, ha gobernado un tripartito formado por PSN, Geroa Bai y Unidas Podemos IE, con apoyos externos de EH Bildu. Mientras que el nuevo Gobierno foral ha quedado conformado por PSN, Geroa Bai y Contigo Zurekin, que suman un total de 21 escaños. Solo les falta, por tanto, la abstención de nuevo de EH Bildu para lograr la investidura de la socialista María Chivite. Y la coalición en la que se integran los herederos de Batasuna —brazo político de ETA— ya ha anunciado que va a facilitar este Gobierno foral mediante abstención —como en 2019, cuando cinco de ellos se abstuvieron y dos votaron que no— para lo que el próximo miércoles 9 van a realizar una consulta a su militancia de la que seguro saldrá que sí. 

El Gobierno tripartito —cuatripartito podría decirse— estará formado por 13 consejerías, las mismas que en la anterior legislatura: los socialistas gestionarían ocho departamentos, Geroa Bai asumiría cuatro y Contigo Zurekin, uno.

El secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz, ha precisado que con Bildu "no vamos a negociar ni acordar un Gobierno" si bien "no tenemos ningún problema" en "avanzar en esa línea de dialogar, de negociar, de acuerdos presupuestarios y cuestiones sociales que mejoran la vida de la gente" como se ha hecho "en la anterior legislatura”. Es decir, apoyos externos. 

Pero los batasunos se guardan otro as en la manga y es el apoyo a Chivite para que sea presidenta de Navarra a cambio de lograr la alcaldía de Pamplona mediante una moción de censura a la actual alcaldesa, Cristina Ibarrola (UPN). 

En las elecciones celebradas el domingo 28 de mayo, en Pamplona, UPN obtuvo 9 concejales. EH Bildu 8. PSOE 5. El PP 2. Geroa Bai 2. Y Contigo Zurekin (Unidas Podemos + IE) 1. La mayoría absoluta se sitúa en los 14 escaños de un total de 27. 

Cuando se configuró el Ayuntamiento, el PSN no votó al batasuno Joseba Asirón como alcalde de Pamplona, antes de las elecciones generales del 23 de julio, para que Pedro Sánchez no sufriese desgaste electoral por pactar con EH Bildu. Pero una vez pasadas las elecciones generales, nada impediría una moción de censura en Pamplona. De hecho, así lo manifestó recientemente Laura Aznal (EH Bildu), quien abrió la puerta a esa posibilidad. 

Así las cosas, antes de las elecciones de mayo de 2019, los navarros no sabían que el PSN estaba dispuesto a pactar con EH Bildu para lograr gobernar. De hecho, fue una de las mentiras de Pedro Sánchez precisamente en una televisión navarra: “Con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo digo cinco veces: con Bildu no vamos a pactar”.  Pero en mayo de 2023, los navarros sí sabían de lo que es capaz el PSN, Sánchez y Chivite, es decir, de apoyarse en EH Bildu para gobernar, cosa que hasta antes de la llegada de Sánchez al PSOE era impensable. 

El PSN siempre había dejado gobernar a UPN como lista más votada, incluso sin mayorías absolutas. Desde la llegada de Sánchez al PSOE ya no. Y esto es lo que ha cambiado en Navarra, región en la que, salvo cataclismo electoral, se prevén muchos decenios de gobiernos de izquierdas y nacionalistas vascos.

Y esto es lo que quieren ahora los votantes socialistas navarros. Antes no (preferían que gobernara UPN antes que apoyarse en EH Bildu aunque fuese desde fuera). Pero ahora sí.