El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, asiste hoy viernes al acto por el 'Día Europeo de la Víctimas del Terrorismo', organizado por la Comisión Europea, en Bruselas. 

El pasado martes, el ministro entregó once grandes cruces de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo. A estas no dudó en calificarlas como "uno de los pilares éticos de la democracia, símbolo de la defensa de las libertades".

Sin embargo, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) viene criticando con dureza la política de acercamiento de presos etarras al País Vasco, una de las cesiones del Gobierno de Pedro Sánchez a EH Bildu, la coalición en la que se integran los herederos de Batasuna, brazo político de ETA y que nunca ha condenado los asesinatos de la banda terrorista. 

Así se expresaba la AVT hace poco más de un mes

“Ahora, queda afrontar el segundo paso: que queden libres. 

Es obvio que muchas cosas se están haciendo mal en este país en materia terrorista. En 2023, prácticamente todos los presos de ETA, o cumplen condena al lado de sus familiares, o están libres. A esto hay que sumarle que el yihadismo ha vuelto a golpear a nuestro país esta vez a manos de un individuo que debería haber sido expulsado pero que no lo ha sido por la ‘acumulación de casos’ con la que cuenta el Ministerio del Interior. 

Estaría bien que, por lo menos, una vez ejecutados todos los “traslados”, el Ministro entonara el mea culpa y admitiera: sí, he mentido. Mentí en 2018 cuando aseguré que “los acercamientos serían decisiones puntuales y estudiadas, y generalmente se tratará de presos sin delitos de sangre y con la mayor parte de la condena cumplida, salvo casos muy excepcionales estudiados minuciosamente y explicados con anterioridad”. Mentí cuando dije que “el acercamiento de presos de ETA se realiza en cumplimiento de la ley penitenciaria para evitar la "exclusión social". Y sí, mentí cuando dije en mayo de 2021 que pronto habría noticias sobre la reforma de la Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo. 

Admitir esto, desde luego no mitigaría el dolor de las víctimas, pero por lo menos no sumaría al dolor está sensación constante que tenemos de que, encima, nos están tomando por tontos. De hecho, cuando acabe esta infamia acercando a los 7 presos que quedan, esperamos que el Ministro Marlaska pida perdón a las víctimas del terrorismo, reconozca el daño causado y dimita automáticamente, pues habrá terminado el trabajo para el que Sánchez le fichó”.