Pero en sus réplicas, ni PP ni Vox han defendido el ataque que supone para los cristianos la despenalización de la blasfemia que Sumar y PSOE pretenden llevar a cabo
Decíamos ayer martes que Sumar y PSOE se han unido para legalizar la blasfemia, dentro del paquete de medidas del plan de 'regeneración democrática' de Sánchez. Está la de modificar el Código Penal para despenalizar, es decir, suprimir los delitos de ofensa a los sentimientos religiosos o de escarnio público, las ofensas a España y a sus símbolos, el delito de injurias a la Corona, el enaltecimiento del terrorismo, y las injurias al Gobierno y a sus instituciones.
En otras palabras, los socios de Gobierno sólo se ponen de acuerdo para tres cosas: atacar a la prensa libre, acabar con la defensa al Rey y cargarse de un plumazo la defensa de los católicos. Porque si algo une al Gobierno más progresista de la historia de España es su cristianofobia.
Sánchez ha insistido en que todo su plan es por nuestro bien, para no ser atacados por la ultraderecha, que se expande: "El consumo reiterado de noticias falsas está directamente ligado al voto a la ultraderecha y el aumento de racismo, antisemitismo u homofobia. Existe un vínculo probado entre los bulos y el aumento de delitos de odio, y una relación entre estas campañas y las injerencias de potencias extranjeras que quieren debilitar a Europa, sobredimensionando la voz de una minoría anti-sistema".
Sánchez despenalizará las ofensas al sentimiento religioso pero como a un trans lo llames señor y no señora te podrán denunciar por delito de odio.
— bansky (@bansky___) July 17, 2024
Tiene su lógica.
En este punto Sánchez, nuevamente, usa Europa para lo que le interesa, porque tal y como destaca un estudio realizado por el Observatorio para la Libertad Religiosa la mayoría de países de la Unión Europea protegen los sentimientos religiosos.
En el informe se puede comprobar que un total de 21 de los 27 Estados miembros de la Unión Europea (es decir, todos salvo Irlanda, Suecia, Estonia, Francia, República Checa y Croacia) sancionan las ofensas a los sentimientos religiosos de los ciudadanos. Además, Grecia castiga la blasfemia.
María García, presidenta del Observatorio para la Libertad Religiosa, destaca: “Con este Gobierno, los creyentes son ciudadanos de segunda con menos derechos. A partir de ahora va a salir completamente gratis mofarse de las personas que practican una religión. La libertad religiosa es el único derecho fundamental en el que se pone en duda la persecución de delitos contra ella”.
“Con este acuerdo, el Ejecutivo se desvía de la protección legal de la mayoría de los países de la Unión Europea. Mientras este Gobierno protege a otros colectivos, deja en el desamparo jurídico a los creyentes”. “El Convenio Europeo de Derechos Humanos, ratificado y por ende vinculante para todos los Estados miembros de la Unión Europea, reconoce y garantiza el derecho fundamental a la libertad religiosa en su artículo 9, lo cual obliga a todos los Estados firmantes a protegerla”.
Como se puede comprobar en dicho documento, tanto Alemania como Bulgaria sancionan los delitos contra los sentimientos religiosos de los ciudadanos con penas tres veces más severas que España. Por su parte, un total de nueve países (Croacia, Chipre, Eslovaquia, Grecia, Italia, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía) lo hacen con penas dos veces más severas que España. Finalmente, otros nueve países (Austria, Bélgica, Bulgaria, Eslovenia, Finlandia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal) sancionan este tipo de los delitos igual que España lo ha hecho hasta ahora. Además, la protección legal de los sentimientos religiosos de los ciudadanos no es exclusiva de la Unión Europea, pues otros códigos penales lo prevén en todo el mundo. Este es el caso de Suiza, Nueva Zelanda, Brasil, Panamá, Paraguay, República Dominicana y El Salvador.
En la misma línea, Abogados Cristianos se hace eco de la cifra y destacan que "El propio partido socialista denunció a una persona que apaleó una piñata con la imagen de Pedro Sánchez al considerar que podía suponer un delito de odio. Todo lo que sea ofender, vejar o insinuar algo de determinados colectivos es perseguido como delito de odio, sin embargo, contra los católicos parece que todo está permitido".
Pero en sus réplicas, ni PP ni Vox han defendido el ataque que supone para los cristianos la despenalización de la blasfemia que Sumar y PSOE pretenden llevar a cabo.