Ya tenemos candidato y fecha: Feijóo, los días 26 y 27 de septiembre. Si no logra ser investido en la primera votación -necesitaría mayoría absoluta-, el miércoles 27, se sometería a una segunda el viernes 29, en la que le bastaría mayoría simple, es decir, más síes que noes, por ejemplo, con la más que improbable abstención de Junts o del PNV.

No lo duden, las fechas no las ha puesto Armengol sino Pedro Sánchez o, al menos, ha dado su visto bueno. Por algo la ha colocado como tercera autoridad del Estado en lugar de investigar el oscuro episodio de los abusos a menores tuteladas en Baleares, con Francina de presidenta.

En cualquier caso, desde el PSOE braman contra Feijóo por presentarse a una investidura que auguran, será fallida. Puro postureo. Ni están indignados -al contrario, insistirán hasta la saciedad que ya le avisaron de su fracaso- ni temen que pueda ser investido. El acuerdo con todas las fuerzas políticas, salvo UPN, Coalición Canaria y Vox, lo tiene firmado Sánchez, sí, también con Puigdemont. El presidente en funciones tendrá dos meses, a partir del 27 de septiembre, para presentarse a la investidura.

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¿Podría haber repetición electoral? Efectivamente, y sería el 14 de enero, pero sólo si Sánchez considera que le puede beneficiar, por ejemplo, para quitarle votos a Sumar o, incluso, para ganar las elecciones frente al PP. Desde luego, podría utilizar un argumento muy poderoso en su caso: no haber cedido a las pretensiones de los separatistas.

Pero como las elecciones las carga el diablo -que se lo pregunten a Feijóo-, lo más probable es que no haya repetición alguna y Sánchez cumpla con lo acordado con Junts, ERC, Bildu y PNV. De Yolanda ni hablamos, porque más parece un apéndice del PSOE que otra cosa y no le conviene ir de nuevo a las urnas.