Aprendiendo absolutismo de Hugo y Nicolás
La colonia venezolana en Madrid no deja de crecer y no todos tienen posibles, a lo Juan Carlos Escotet ni se dedican a comprar pisos en el barrio de Salamanca, Hay muchos venezolanos que huyeron del régimen bolivariano de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y que se han refugiado en, por ejemplo, los Cabify y los UBER. A éstos les conozco más y todos repiten, por algo será, la misma advertencia: ustedes siguen el mismo camino que mi país. Es decir, que España camina hacia el chavismo -populismo de izquierdas-, de la mano de Pedro Sánchez.
El Chavismo no es más que el imperio de la impunidad. Son los viejos marxistas que han renunciado a la revolución -te pueden matar por eso- y han decidido vencer en las urnas y, una vez que triunfan en las urnas, o en una moción de censura, una sola vez, empiezan a laminar toda alternativa, eso sí, por métodos europeos y democráticos, a costa de copar todos los poderes, sobre todo el judicial y el mediático, para perpetuarse en el poder.
Sánchez aún va por detrás en ese camino: todavía no ha ilegalizado la propiedad privada, aunque hacia ello camina, pero ya ha ilegitimado la cultura cristiana en España. Ahora mismo, todo católico ha pasado a ser un ultra peligroso
El chavismo cumple ya un cuarto de siglo y Nicolás Maduro ya se quitado la quitado la careta y gobierna como un Fidel Castro cualquiera. No quiere ni opositores en las urnas y ha decidido laminar a María Corina Machado. Sánchez aún va por detrás en ese camino: todavía no ha ilegalizado la propiedad privada, aunque hacia ello camina, pero ya ha ilegitimado la cultura cristiana en España. Ahora mismo, todo católico ha pasado a ser un ultra para la cultura dominante. Y en cuanto a la propiedad privada, como todo aprendiz de dictador lo único que le interesa a Sánchez es la propiedad pública, la que él administra, o lo propiedad privada grande, a la que puede controlar con su poder regulatorio y... por que los grandes siempre son cobardes: siempre temen perder lo que tienen.
El Chavismo cumple 25 años, el Sanchismo cinco... pero creo que los taxistas venezolanos de Madrid tienen toda la razón; Sánchez imita a Nicolás Maduro.
Como todo aprendiz de dictador lo único que le interesa a Sánchez es la propiedad pública, la que él administra, o la propiedad privada grande, a la que puede controlar con su poder regulatorio y... por que los grandes siempre son cobardes
¿Y qué tiene que ver todo esto con las presentaciones de resultados bancarios de la presente semana? Pues mucho.
En junio y julio, cuando los banqueros españoles creían posible un cambio de Sánchez por Núñez Feijóo, se atrevieron a hacerle frente. Ganó Feijóo las elecciones pero entonces descubrieron que, a un personaje como Sánchez no sólo hay que vencerlo hay que rematarlo, porque está dispuesto a aliarse con cualquiera con tal de mantenerse en el poder.
Y lo ha hecho. Así que los banqueros, volvemos a esta semana de resultados, han dado marcha atrás y han vuelto a refugiarse en el silencio, cuando no en el halago.
Ya hemos dicho que el presidente del BBVA, Carlos Torres, se ha rendido ante Sánchez a cambio de inmunidad. O sea, de perpetuidad. Torres se nos ha vuelto feminista, sostenible, animalista y entusiasta de la ideología de género. Todo ello con elevados sentimientos.
España necesita un líder patronal, industrial o -mejor- financiero. Ahora mismo carece de él
Sorprendente, asimismo, el discurso de Ana Botín, repitiendo los tópicos falsos del poder: ¡Cuánta gente trabajando! Y aún así, doña Ana, fíjese: ¡seguimos siendo el país con más paro de Europa y de todo Occidente! Caixabank, primer banco en España, está trufado por la participación del Estado en su capital (casi el 17%) y porque es un banco doméstico y ceñido a España y Portugal, por tanto susceptible, más que ninguno, a la regulación. El Sabadell ha salido del pozo y es ahora un banco saneado y sólido, que puede empezar a comportarse con aires de gran banco. Cierto, pero el Sabadell, a efectos políticos, no es uno, son dos: el Sabadell de Oliú y el Sabadell de González- Bueno. Es lo que podríamos llamar esquizofrenia creativa.
No todo es banca, lo sé, pero lo cierto es que la banca representa el poder económico y lo que estoy diciendo es que los banqueros se han rendido ante el sistema impune, bolivariano, que se está instaurando en España de la mano de Pedro Sánchez. Por de pronto, España necesita un líder patronal, industrial o -mejor- financiero. Ahora mismo carece de él.