Los resultados de las elecciones catalanas del 12 de mayo no son como para tirar cohetes, aunque todo el aparato de propaganda monclovita, repartido por cada uno de los canales de TV, bajo la dirección de RTVE, se ha lanzado a ello. Sí, ha ganado el PSC de Salvador Illa que sube en votos y escaños (42) y el Partido Popular ha quintuplicado sus asientos, de 3 a 15. Se hunde el actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, con un partido que pierde 178.000 votos y 13 escaños. Al mismo tiempo, se hunden los majaderos de Ada Colau, los muy comunes de la antigua Podemos, hoy Sumar, los de Pablo Iglesias han dejado de existir en Cataluña, otro fracaso de la ambiciosa Yolanda Díaz, que pierden 16.000 votos y se precipitan al vacío los chiflados más chiflados de todos, la CUP, que empezó luchando por la dictadura del proletariado y luego se convirtió al absurdo de la independencia. La única noticia medianamente positiva es que Vox se queda con los mismos diputados (11) pero ganando 30.000 votos.

Puigdemont crece, aunque sólo ha tratado de salvarse a sí mismo y no hay manera de establecer una mayoría estable... porque Sánchez seguirá necesitando a ambos, a ERC y a Junts, para gobernar en España

En cualquier caso, la derecha españolista se ha canalizado a través del PP, no de Vox y ya se sabe lo que significa el PP de Feijóo y, en este caso, de Fernández.

Además, lo más 'relevante', me temo, es que Junts, los chicos del prófugo -perdón, exiliado, Carles Puigdemont, son los verdaderos ganadores de esta feria, con 685.000 votos, 100.000 más que en las pasadas elecciones de 2021, con 35 diputados, tres más que en 2021 y con deseos rabiosos de venganza y sobre todo, de impunidad. La impunidad de Puchi quiebra todo la legalidad española, eso que hoy llamamos, no sin cierta pompa, como si fuera el objetivo y no la primera premisa, Estado de Derecho.

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Gráfico publicado en Electomania

¿Cuál será el Gobierno? ¿Seguro que Salvador Illa será el futuro presidente de la Generalitat? ¿Y de qué vale que ERC pase a la oposición y se 'normalice' es decir, se cometa la injusticia de blanquear al prófugo Puigdemont, si ambos grupos (Junts y ERC) seguirán chantajeando al resto del país con sus escasos 16 diputados en Madrid sobre un total de 350? Sánchez seguirá necesitando a ambos, a ERC y a Junts, para gobernar en España.

Sánchez no ha solucionado el problema catalán: lo ha enquistado. Y la cuestión catalana sigue siendo la misma: se trata de la autonomía más descristianizada de toda España, que ya es decir. Sí, aunque en un vistazo somero y simplón, no lo parezca, esta es la clave: la descristianización acelerada de Cataluña.

Es cierto que toda la Transición democrática española ha constituido un proceso de descristianización de la sociedad española, y, en política, tanto en la izquierda, que nunca fue cristiana de suyo, como en la derecha. Ahora bien, los principios cristianos han seguido inspirando la acción política en España y salvaguardando la concordia entre españoles... hasta la llegada de ese personaje nefasto que fue Rodríguez Zapatero, que volvió a la cristofobia y con ello reinstauró el guerracivilismo. Su insensato pero aventajado discípulo Pedro Sanchez, ha acelerado esta cáncer hasta el paroxismo.

Sánchez no ha solucionado el problema catalán: lo ha enquistado. Y la cuestión catalana sigue siendo la misma: se trata de la autonomía más descristianizada de toda España, que ya es decir

Por lo demás, estamos en jornada electoral y todo está en orden, a la escucha de las  baladronada de Puigdemont y dedicados a hacer quinielas sobre quién presidirá la Generalitat catalana. La verdad es que, con estos resultados, poco importa que sea un sanchista o un independentista.

'El procés' decae pero el problema catalán, y español, persiste: una sociedad dividida y sin rumbo.