Pocos discuten que los talibanes se acabarán haciendo con el poder en la mismísima Kabul y que provocarán un éxodo masivo de todos los afganos que se han civilizado, entre otras cosas gracias a los contactos con la tropas occidentales. Por ejemplo, los traductores de español que han convivido con las tropas españolas piden asilo en España. De otra forma los talibanes les matarán.

Los hechos son tercos: los talibanes avanzan hacia Kabul y pretenden instaurar un nuevo Estado Islámico, que no exportará petróleo, sino droga.

Desde Afganistán, los de la ley islámica tendrán abierto el camino hacia Occidente, bien por el sur, por Pakistán, bien por el norte, por los exrepúblicas soviéticas de Asia Central.

Occidente no ha sabido, ni ha querido, civilizar Afganistán. O cristianizar el país, que es lo mismo

Joe Biden, que tiene algo de cínico, dice que le da igual. Por el contrario, Vladimir Putin considera que la salida de las tropas USA afectará a Rusia. El fenómeno migratorio puede provocar muchos problema en Asia Central y, en cualquier caso, Moscú, al igual que Estados Unidos y Europa, lleva demasiado tiempo en lucha contra el terrorismo musulmán.

En cualquier caso, 20 años en Afganistán y Estados Unidos consiguió mantener a raya a los talibanes, pero nada más. Como maestro, Occidente es un desastre. Y no lo fue: antes, al menos España en Iberoamérica, cuando el objetivo de una conquista era la evangelización de los pueblos. Los británicos nos acusaban de exportar curas a Hispanoamérica pero gracias a esa exportación existe la raza hispana, mientras no existe la raza anglo-india: simplemente los exterminaron o les redujeron al gueto.

El calvinismo capitalista jamás ha evangelizado. No deben tener claras sus convicciones religiosas, salvo aquellas que proporcionan dinero, claro está. Además, si el salvaje está predestinado a la condenación eterna, ¿para que tomarse la molestia de que mejore?

¿Que se trata de civilizar y no de cristianizar? Pero si es lo mismo.