El 29 de mayo, es San Pablo VI, el hombre que culminó el Concilio Vaticano II y que el mester de progreso se empeñó en calificar como progresía hasta que en 1968 -¡Oh no!- lanzó la Humanae Vitae. 

Es el Papa que prohibió la píldora anticonceptiva. E hizo muy bien. De hecho, se adelantó al siglo XXI, donde se ha demostrado que cualquiera de los anticonceptivos que se venden en la farmacia son potencialmente abortivos. 

Y claro, el mester de progresía no se lo ha perdonado.