Yolanda Díaz y José Luis Escrivá: al Sanchismo no le gustan los autónomos
Aprobada en el Congreso la norma que deroga la reforma de pensiones de Mariano Rajoy quien centraba el aumento de las mismas en un 0.25% anual.
Eso sí, el ministro se Seguridad Social, José Luis Escrivá, se esta luciendo. Primero dijo que, a lo mejor, los nacidos entre 1960 y 1975 deberían cobra un poquito menos de pensión. Se le echaron encima y salió corriendo a rectificar. Luego afirmó que los españoles deberían empezar a jubilarse más tarde e incluso, a guisa de ejemplo, que hasta los 75 años de edad podrían trabajarse en determinadas profesiones. Al final, ha tenido que rectificar mientras su compañera de Gabinete, Yolanda Díaz, le desprecia sin disimulo. Interesante espectáculo porque es la ignorante osada quien desprecia al sabio cobarde.
Pobre Escrivá: un pasito hacia delante, dos pasitos hacia atrás
Así que la final, la reforma Sánchez de pensiones consiste en subirlas según el IPC (lo de este año puede ser genial dado como avanza la inflación) siempre con el fantasma de lo que. El mismo jueves, en el Foro la Toja, José María Aznar aseguraba que la mejor reforma de pensiones es aquella que permite pagar las pensiones. Mala reforma, la que no permite pagar.
Y añadió algo más que en Hispanidad llevamos repitiendo desde hace tiempo: no se pueden pagar las pensiones con deuda, es una barbaridad. La deuda pública española ya roza el 123% del PIB… y subiendo.
Interesante espectáculo el del enfrentamiento entre Yolanda Díaz y José Luis Escrivá: la ignorante osada desprecia al sabio cobarde
Es la verdad amordazada que Pedro Sánchez, sólo preocupado por mantener su sillón, se niega a aceptar: somos una sociedad envejecida que no puede pagar las pensiones salvo que se retrase la edad de jubilación y se incentive la natalidad. Sánchez se niega a hacer lo uno y lo otro. Seguimos camino del abismo. El sistema público de pensiones español está quebrado. Sobrevive gracias a que canibaliza al resto del sistema productivo. Y así, España es un país que trata poco bien a sus ancianos y muy mal a sus jóvenes.