Todavía no habla de controlar las llegadas de cayucos pero ya habla de expulsar a los inmigrantes que delinquen. Y no, no es cierto que esa norma ya esté en vigor. Lo está para casos extremos y buena prueba de ello es que apenas se ejercita.

Lo que ocurre, como denuncia el portavoz de Vox, José Antonio Fúster, es que Feijóo no tiene principios, ni convicciones y actúa según soplan las encuestas.

Juan Español está cambiando, y aunque Félix Bolaños o María Jesús Montero, dos mentirosos compulsivos, insistan en que los emigrantes generan riqueza y no son un problema para España, lo cierto es que Juan Español contempla cómo los inmigrantes irregulares, sobre todos los musulmanes, se dedican a violar a las mujeres españolas.

Hasta la propia Isabel Díaz Ayuso habla ahora de los que deambulan por las calles de España sin oficio ni beneficio, cuando anteayer bramaba cuando Vox señalaba al caos y la delincuencia generada por los menas y no-menas en distintos barrios y poblaciones de Madrid. 

Y tampoco es cierto que los inmigrantes traigan riqueza a España, sobre todos los inmigrantes ilegales. Aumenta el PIB, español, claro, porque somos más, y ahí computan los ilegales, mientras el PIB per capita está casi estancado; es decir, la economía española crece pero nos estamos empobreciendo.

Todo ello, además, dentro de la gran mentira: si realmente quieres abrir las puertas a los inmigrantes y regularizar a los ilegales, no basta con una norma en el BOE: tienes que gastarte mucho dinero para integrar a personas de otras religiones y con otro idioma. Eso es lo que no hace el Gobierno.

En resumen, el PP imita a Vox en Migración pero asegura que no lo hace. Mientras, el PSOE mantiene su postura ultra, porque, Sánchez se ha convencido de que solo puede ganar votos por su izquierda. Lo mismo les ocurre con la 'okupación': nadie entiende  cómo sigue mantenido el chollo de los okupas sin cambiar la ley. Pues lo hace porque hace tiempo que ha renunciado a la moderación: ahora tiene que mantenerse en Moncloa con una postura cada día más radical.