Sánchez: “No tienen nada contra mí. No soy perfecto, pero soy un político limpio”

 

¡Cuánto pesa el madero que a cuestas llevas!
Y los pecados de otros no son su madera,
sino de tu narcisista y estúpida soberbia,
 
que te vuelve a derribar, aunque no te des cuenta,
en una nueva caída sobre el polvo del camino,
que estas recorriendo hacia la cumbre, calavera.
 
Dices que estás limpio, y dices bien, pues te falta
conocimiento, que tu plagiada tesis demuestra,
y del camino, el polvo, que otros por ti llevan.
 
De la decencia y su falta, a otro, un día culpaste.
¿Dónde está ahora la tuya? La desgraciaste
el primer día, con tus mentiras compulsivas.
 
¿Dónde tu inocencia, que no reflejan los que te miran?
Y que privado del poder, llegado el día de la ira
te enclavarán en esa cruz, de tu limpieza perdida.