Los más viejos de lugar,
cuenta de lo que perdimos,
más pronto que tarde, se darán,
y el país en que vivieron añorarán;
todo un privilegio, a pesar
de sus deficiencias.
 
De diferentes culturas,
de distintas etnias,
de variados sentimientos,
de diversas creencias,
habrán invadido sus tierras,
y ocupado su lugar.
 
Mientras, quienes guardarnos debían:
emparedaban la conciencia,
arrasaban la razón,
nos vendían solo humo,
maloliente ponzoñoso,
que hería la mirada,
mientras sufríamos la invasión.