No se le ha caído de la boca,
el vocablo resiliencia,
pero su actuación indica,
que no tiene ni idea,
de lo que la palabra significa.
Que no es actuar como un matón,
ni abusar del poder que tiene,
si no de tener la fortaleza
de saber reaccionar y responder,
ante situaciones adversas.
Pero además de la fortaleza,
hay que poseer, responsabilidad,
valentía y competencia.
Ninguna de esas cosas tiene,
y por ello su obligación abandona,
y la carga, sobre a los que guiar,
por su situación y cargo debiera;
contando el cuento de la lechera,
demostrándonos día tras día,
que su resiliencia es pura cobardía.