A Sánchez el dialogante                              

Con un cogobernante,
carente de principios
y exento de escrúpulos,
cualquier temeridad
puede tener cobijo.
 
¡Majestad!, los números no dan.
Y en el gobierno, con comunistas,
y separatistas, no quiero estar,
ya que me quitarían el sueño,
y sin dormir, no puedo gobernar.
Clamó el candidato, en un grito.
 
Si hubiera sido sincero
desde un principio,
nos hubiéramos librado,
de todo el circo montado.
Y si los analistas fuesen listos,
habrían puesto al descubierto
sus mentiras y el engaño.
Y sin cobardía, con rigor y decisión,
de él nos hubiera liberado,
pidiendo día y noche su dimisión.