Viento que al soplar con fuerza
levanta la tierra, cálida y ardiente,
convirtiéndola en polvo y arena,
que los amplios desiertos llenan.
Planos como yunques de herrero,
donde el sol como un mazo golpea.
Onduladas como olas gigantescas.
Dunas que a su soplo,
el desierto convierte
en tormentas de ardiente arena,
donde la muerte,
aparentemente reina.
Mas plenos están de vida
que una y otra vez se renueva.