Joseph Ratzinger era entonces prefecto de la Sagrada Congregación para la doctrina de la fe. El Santo Oficio iba a fichar a un sacerdote e intelectual argentino, Juan Claudio Sanahuja, así que solicitó un informe al entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. El hoy Papa emitió un informe en el que se decía que aquel luchador por la vida del no nacido y contra la ingeniería social que y la nueva antropología de Naciones Unidas, era un personaje de gran altura... "anche talebani".   

Vamos, que Francisco le consideraba un poco talibán al padre Sanahuja. 

Pero Ratzinger no pareció muy impresionado por el juicio de Bergoglio. No sólo eso sino que, al final, le fichó para la Sagrada Congregación y entonces Sanahuja apareció por Roma, y cuando se topó con Ratzinger, hombre de portentosa memoria, se presentó:

-Eminencia, soy Juan Claudio Sanahuja, sacerdote argentino...

Momento en la que su interlocutor le cortó y aseguró con una sonrisa pícara:

-...anche talebani.

La anécdota marca la diferencia entre los dos papas vivos: Benedicto XVI y Francisco, pero el primero cuenta con 95 años, el segundo con 86. Lo lógico es que sus vías terrenas acaben en breve, sobre todo la de Benedicto XVI.

No creo, y esta es una apuesta tan fallida como cualquier otra, que el actual ciclo de la Iglesia, o sea, del mundo, termine con el fallecimiento de Benedicto XVI; pero sí puede terminar con el de Francisco, un verdadero papa pero en cuyo periodo ha crecido la confusión, y sobre todo, el cisma, sin que él hay sido capaz de ponerle coto.  

Todo parece preparado para que la apostasía general que hoy se vive en Occidente se convierta en un intento de tomar el Vaticano y no precisamente con fines apostólicos

Benedicto XVI fue el último Papa en jugar su partido a la ofensiva, Francisco se ha tenido que conformar con jugarlo a la defensiva. Quizás por eso mismo, hay que desear que dure mucho tiempo. 

Y es que todo parece preparado para que la apostasía general que hoy se vive en Occidente se convierta en un intento de tomar el Vaticano y no precisamente con fines apostólicos.

Que dure Benedicto, que dure Francisco, dos papas muy distintos pero ambos necesarios.