La Policía Nacional ha detenido a la mujer de 24 años que la semana pasada denunció una agresión homófoba en el barrio madrileño de Chueca. La joven ha confesado a los agentes que se inventó el ataque y que en realidad se cayó al suelo cuando regresaba sola a casa. Tras su detención y confesión ha sido puesta en libertad y será investigada por la presunta simulación de un delito que acarrea una pena de multa de seis a 12 meses.

La joven denunció en la comisaría de Arganzuela que el viernes de la semana pasada fue empujada por un hombre desconocido contra un árbol mientras paseaba con una chica de la mano. La joven Irene colgó un mensaje en las redes sociales en el que denunciaba haber sufrido una «agresión homófoba» en el barrio madrileño de Chueca el día anterior. Acompañaba su mensaje de dos fotografías en las que aparecían manchas de sangre y, según su relato, «me dejaron estas lesiones entre otras a lo largo del cuerpo». En ese mensaje, la joven decía que «esto pasa todos los días a todas horas».

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Se repite pues el caso del joven que denunció haber sido víctima de una agresión homófoba, en Malasaña... que también resulto falsa, tras confesar la víctima que no hubo tal agresión, ni hubo manada homófoba formada por 8 encapuchados. Declaró que las heridas se las había propiciado él mismo. 

Lo ocurrido no deja de ser un espejo de la actualidad política y social española con el sanchismo en Moncloa, que ya cuenta con 3 años largos de historia: no sólo porque el fin -luchar contra la homofobia- justifique los medios -una denuncia falsa- sino porque las palabras justifican los hechos. Así, en lugar de esconderse debajo del sillón, la ministra de Igualdad (igual-dá)), doña Irene Montero asegura que los delitos de homofobia andan disparados y que este árbol, el del victimismo embustero del gay de Malasaña, es el árbol que nos impide ver el bosque de la homofobia rampante.

Pero, podemos estar tranquilo, porque el ministro del Interior, Fernando Marlaska, seguirá investigando todas las agresiones hasta el final. Sí, el mismo Marlaska que, en plena pandemia, acusó a un hombre de Valladolid de haber matado a su mujer, cuando lo que había intentado era salvarla de un suicidio. Y se quedó tan ancho.

Mientras, las redes, como es habitual, expresan su opinión a la vez que despliegan su ingenio:

BULO DEL CULO 2
BULO CHUECA