- Hablamos de Francia, pero empieza a pasar en España.
- Donde, en algunas zonas rurales, es tarea imposible encontrar una Iglesia donde se celebre la Eucaristía.
- Faltan curas y faltan curas santos.
- A lo mejor nos toca morir como perros, sin el viático.
Me lo explica una
monja francesa. En su zona natal, en la Provenza, hay un cura que atiende a '75 campanarios'. Es decir, que atiende uno o dos y deja sin atender 73 ó 74. En la católica Francia, por si no lo habían cogido.
Así que en la mayoría de los pueblos franceses no hay eucaristía ni posibilidad de confesarse.
¿Es esto a lo que llamamos postcristianimo? Pues parece que sí. Porque
sin curas no hay sacramentos y sin sacramento no hay vida de gracia. Religiosas, diáconos y catequistas pueden evangelizar pero no pueden administrar los sacramentos cotidianos: la eucaristía y la penitencia.
En España empieza a ocurrir algo similar. Porque a la carencia de sacerdotes hay que unir el cupo de sacerdotes ancianos y el cupo de sacerdotes poco sacerdotes. Eso hace bajar la media y aumenta el trabajo de los curas fieles.
Y cuidado, porque
hay otra consecuencia en las que no pensamos: a lo mejor nos toca morir como perros, sin el viático. Y eso es grave.
No hablo del futuro, hablo de ya mismo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com