- Necesita que ante tanto tocamiento de narices, Madrid reaccione violentamente, al menos, forzadamente.
- Y le encanta que Soraya se vuelva grandilocuente.
- Y que todas las instituciones del país estén pendientes de su persona… o de su cabeza.
- Sobra gravedad y falta sentido del humor.
Yo sé qué es la vergüenza y sé lo que es la democracia pero
vergüenza democrática no sé lo que es. Aunque
Soraya Sáenz de Santamaría hable de eso, en un gesto grandilocuente, pelín ridículo, que es lo que pretenden
Carles Puigdemont y los separatistas catalanes.
El separatismo necesita estar en el proscenio, es narcisista, y disfruta siendo víctima
con tal de ser el centro de atención.
Vamos a decirlo más claramente: Puigdemont y Junqueras necesitan un muerto. Sería maravilloso que la Guardia Civil entrara en Barcelona y se les fuera la mano… y mataran a alguien.
Sería, insisto, maravilloso.
Por eso en Madrid, que ahora se ha cargado de razón -no antes-, a
Mariano Rajoy yo sólo le aconsejaría menos gravedad y más sentido del humor.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com