- Hemos conseguido el aborto tecnológicamente avanzado: matamos al niño pero salvamos sus órganos utilizables.
- Y esto en nombre de la ciencia.
- Ahora bien, a los animalitos, ni tocarlos.
Me lo envía un amigo, con la siguiente leyenda: ojalá tuviéramos en España senadores como éste. Muy cierto:
merece la pena ver este vídeo, corto, por lo demás. El senador estadounidense
James Lankford (
en la imagen) se queja de la explosión animalista, que pretende que no se investiguen terapias contra enfermedades con animales: "
No es ciencia, es violencia".
Pero, en paralelo, los mercaderes del
aborto, financiados en buena parte con nuestro dinero, han investigado muy a fondo, científica y tecnológicamente. Han descubierto cómo matar al niño en el vientre de sus madres sin dañar órganos que puedan ser utilizados para investigación y/o para comerciar con ellos.
Esas prácticas abochornarían al mismísimo doctor Josef Mengele. Y es que en el avanzado proceso tecnológico del asesinato que implica el
aborto, hemos conseguido matar al niño y al tiempo salvar algunos de sus órganos para otras barbaridades.
Es decir, no troceéis a la rata ni a ningún otro tipo de bestia, sólo a los seres humanos más inocentes y más indefensos. Ahí, lo que queráis.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com