Open Arms y Médicos sin Fronteras no están haciendo otra cosa que favorecer a las mafias
Cachondeo general porque los menores desembarcados del Open Arms pudieran no ser tan menores. Desde luego no lo parecen. Pero el mejor resumen lo ha pergeñado el periodista y eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, en un tuit. Ahí va: “Da igual menores o no, es todo mentira. No son menores. No son refugiados. No son náufragos. No vienen de guerras. No son los más pobres. No pasaban hambre. No pagarán nuestras pensiones. No vienen a integrarse. La ONoGubernamental es gubernamental. Resumen: todo mentira”. Puede que Salvini no tenga razón, pero, al parecer, tiene muchas razones.
Los progres, por ejemplo nuestro ilustre presidente del Gobierno, el rostro pétreo de Pedro Sánchez, debían recodar que la mentira más dañina es aquella que se inflige sobre la misericordia ajena. En otras palabras, que te tome el pelo un político molesta, pero que te tome el pelo una ONG molesta mucho más porque se ha aprovechado de tu buena fe.
La emigración es un problema que se soluciona en origen
Open Arms y Médicos sin Fronteras no están haciendo otra cosa que favorecer a las mafias que se dedican al tráfico de personas, así como a los políticos, estilo Pedro Sánchez, que pretenden ganar votos practicando una falsa clemencia con el dolor ajeno. Y eso que parecía que, descubierto es su demagogia, don Peter iba a rectificar.
Insistimos: a Open Armas y a Médicos Sin Fronteras les sobra vanidad: mucha vanidad. Insistimos: la emigración es un problema que se soluciona en origen. Si no quieres inmigración ilegal ayuda a los países de los que surge esa migración.
Insistimos, aunque esta vez echando mano de Juan Manuel de Prada: hay que ayudar a los inmigrantes porque no existe el derecho a emigrar.