- La pregunta de Juan Español es: ¿pero qué quieren estos tíos?
- La segunda es similar a ésta: ¿pero qué se han creído que son?
- Y lo malo es que ahora la catalanofobia no es una cuestión de élites.
- Y lo malo, también, es que los separatistas se empeñan en que les 'seduzcamos'.
Ocho consejeros de la Generalitat en prisión. Sí, la imagen choca pero, sobre todo, chocan las reacciones.
Para entendernos, aunque los nacionalistas, hoy separatistas, se empeñaran en ello, nunca hubo catalanofobia en España, salvo en los alrededores del
Santiago Bernabéu (y esto no es censurable), así como entre las élites política y económica madrileñas que no querían competencias. Todo en orden.
Pero ahora no. Ahora,
quien siente animadversión hacia los catalanes es Juan Español, y eso ya resulta mucho más preocupante. Los reproches de Juan Español a los nacionalistas (me temo que a veces formulados al conjunto de los españoles) se manifiestan en forma de pregunta:
1.- ¿Pero qué quieren estos tíos?
2.- ¿Pero
qué se han creído estos tíos?
Se les califica de pelmas y se les califica de engreídos.
Para complicar más el cuadro, desde Cataluña
los separatistas insisten en que los españoles deben seducirles, a lo que Juan Español responde: ¿
Y por qué no me seduce usted a mí?
Sí, ahora la catalanofobia se vuelve preocupante. El problema catalán, también. Y el peligro de guerra civil no ha disminuido. Eso sí, guerra civil a lo siglo XXI.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com