- La WWW ha recuperado la libertad para el periodismo.
- En la red está el mejor periodismo y el peor: claro, como siempre ocurre con la libertad.
- El oligopolio informativo pre-digital lo componían bestias sagradas que administraban certificados de modernidad y caducidad.
- Si quieres cambiar la sociedad vente a internet, pero si quieres ganar las elecciones o crear modas vete a Sálvame.
- Hoy, los poderes político, económico y cultural (el peor de todos) no pueden controlar el periodismo por internet: ¡Bien!
Días atrás escuchaba al periodista Antonio Pérez Henares,
Chani (
en la imagen), referirse con desprecio al
periodismo digital. Lo hacía desde el canal informativo de RTVE, es decir, 24 Horas, y en defensa de Mariano Rajoy.
Y la verdad es que me molestó. Chani tiene 62 años y es un tipo con mucha experiencia informativa y con sentido común, de eso no me cabe duda. Ahora bien, yo que tengo menos años que él -pocos menos- y que, con ligeras excepciones temporales he trabajado siempre en prensa escrita, el periodismo vegetal,
soy consciente de que Internet es, sobre todo, periodismo escrito. Por tanto, no menos serio que el periodismo escrito en papel, que sólo es un soporte.
Lo que les ocurre a los veteranos del periodismo es que formaban una
élite reconocida: cuatro diarios -como mucho-, cuatro cadenas de radio -como mucho- y cuatro canales de TV que, al final, se han quedado en un
duopolio. Esos pocos eran bestias sagradas e intocables que dictaban sentencias y administraban certificados de modernidad y caducidad.
Son los mismos periodistas que ahora tratan de prolongar su vida útil a través de las tertulias televisivas. Porque, en efecto, Internet ha terminado con la prensa y ha convertido a la radio en un medio cálido pero nostálgico. Ahora bien, no ha conseguido reducir el poder de la televisión. Y así,
si quieres cambiar la sociedad vente a internet, pero si quieres ganar las elecciones o crear modas vete a Sálvame… que a veces es muy riguroso pero nunca verdadero.
En definitiva, la tele es el medio más frívolo de todos pero aún más impactante que Internet. Por eso, los plumillas del antiguo periodismo, el de la prensa vegetal, intentan prolongar ese poder por la vía televisiva. Pero
no hagamos de la necesidad virtud.
En cualquier caso, insisto: lo importante no es el soporte, sino los contenidos. En Internet está todo lo peor y todo lo mejor. De hecho,
la prensa vegetal ha muerto, la radio es un medio encantador, pero minoritario y la TV es el reino del pensamiento débil.
Luego está lo del elitismo. Claro, es que el periodismo que reivindican los viejos leones es un periodismo donde competían
doce medios: con Internet esa cifra se ha multiplicado, al menos por 100. ¿Qué es más difícil, conseguir una docena de buenos medios que 1.200? Ciertamente lo primero. Ahora bien, por de pronto,
el periodismo digital es mucho más libre, porque los poderes (político, económico y cultural, sobre todo éste, el más puñetero de todos) pueden controlar a 12, pero no a 1.200.
Que no Chani, que
el periodismo digital no es menos verdadero (lo importante) ni menos riguroso (cuestión menor) por el hecho de ser más numeroso. Lo que pasa es que
antes vivíamos instalados en la comodidad y ahora nos han movido el suelo bajo los pies.
Internet ha sido una bendición para los periodistas y
un desastre para los grandes editores y para el oligopolio periodístico de poder: ¡Viva Internet!
Además,
ese oligopolio de grandes medios eran también un instrumento de esos de los señores de la prensa para los que el periodismo no es servicio, sino poder. Los dos periodistas españoles más famosos -grandes periodistas, sin duda- han sido
Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez. Ambos aparentemente opuestos pero calcados en lo fundamental: ambos consideran, como los editores, que la prensa no es un instrumento de servicio sino de poder, es decir, de empoderamiento.
Y lo que es más grave,
ese oligopolio pre-digital había degenerado en pensamiento único. Traducido: en
pensamiento políticamente correcto. Verbigracia:
El País estaba en zona PSOE y El Mundo en zona PP: centro-izquierda y centro-derecha. Y por cierto, ese pensamiento único había provocado el exilio forzoso más importante de todos: el del pensamiento católico, sin el cual no puede entenderse ni el pasado de España, que es católico,
ni el motor de futuro del país. Que sólo puede ser el catolicismo.
Internet vino a romper con todo eso. ¡Y cómo lo ha roto! Cualquier desterrado o cualquier novato, podía competir con el viejo oligopolio. Es decir, Internet trajo de nuevo la libertad a la prensa.
Chani,
yo también sigo comprando varios periódicos en el kiosko, a pesar de dirigir al decano de la prensa española en Internet. También siento nostalgia del olor a tinta, no me he puesto una venda en los ojos. En Internet está el mejor periodismo y el peor: claro, como siempre ocurre con la libertad. Y recuerda siempre que
Internet es prensa escrita, porque emplea el lenguaje escrito, y tú le estás despreciando desde la tele, que es lenguaje oral y, sobre todo, lenguaje icónico, el más frívolo de todos.
El domingo 24 celebramos la
Festividad de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. Fue todo un revolucionario de su época. Filósofo y teólogo eminente, no tuvo reparos en arremangarse y, para combatir la herejía protestante y formar a sus feligreses, comenzó a emitir hojas volanderas. Eran perchas de actualidad donde colgar los asuntos más profundos del ser humano. Como el buen periodismo de ahora mismo: por la actualidad a la profundidad. Por eso es nuestro patrón. Hoy, querido Chani, San Francisco de Sales hubiera creado un blog en Internet.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com