Magdalena Valerio, ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social
Entra en vigor la obligación de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio: ficha a la entrada y a la salida del trabajo para evitar las horas extra no remuneradas. En todas las empresas, también en aquellas donde no es posible reducir la actividad a un horario fijo (por ejemplo, en periodismo) y a las micropymes, verdadero corazón de la economía, en la que el sistema de control más simple supone una pesadísima carga burocrática.
Sí, no hay que abusar del horario laboral de un trabajador, pero tampoco hay que hacer invisible la empresa con tanta burocracia. Además, con la cada vez mayor velocidad de cambio de empresa y con la nueva cantidad de nuevos oficios, muchos trabajadores responsables dedican más tiempo a su trabajo simplemente porque desean mejorar. La mejor escuela de formación profesional es la empresa.
Y para una microempresa, el coste del nuevo control resulta exagerado
Tomemos otro ejemplo; la subida del SMI. ¿Fue una buena medida subirlo hasta los 900 euros? Sí, lo fue. Incluso debería haberse subido más. El error fue aumentar en idéntica proporción (casi un 23%) las cuotas sociales del SMI. Con eso sólo se ha conseguido que algunas empleadas del hogar, por ejemplo, sigan en su mismo trabajo pero pagadas en ‘B’ o, sencillamente, que los matrimonios con hijos se lo piensen tres veces antes de contratar legalmente a una interna, o a cambiar internas por interinas. O más fácil: que se reduzca aún más la natalidad.
Con medidas de este tipo, sólo se consigue una cosa: aumentar el terror del empresario a contratar y obligarle a reducir plantilla.
Cuando se legisla considerando que el empresario es el enemigo, acabamos por dañar a los presuntos amigos: los trabajadores.
Insisto: si el Gobierno Sánchez continua por este camino a muchos empresarios, sobre todo los pequeños, sólo les quedará una salida: despedir.