Iglesia de Santa María, iglesia grande de Alcañiz
Maravillosa iglesia que aspiraba a catedral o al menos, a basílica. Magnífica obra con un problema. Tuve ocasión de comprobarlo a lo largo del día: siempre vacía, cuando no cerrada. En Santa María casi siempre, había más cigüeñas que fieles.
Es más, el templo más frecuentado en Alcañiz, capital del Bajo Aragón, es como, en tantas otras ciudades del interior españolas, la capilla del asilo de las ancianitas de los ancianos desamparados, otra generación que ya afronta el paso final.
Es la España rural, la España sin sacerdotes, casi sin culto (y no olvidemos que el cristianismo es una religión social, aunque todos tengamos que salvarnos solos), que, afortunadamente, mantiene una generación que ha sabido cultivarla.
Es la imagen de la Iglesia de Santa María, iglesia grande de Alcañiz
No sé si España ha dejado de ser católica. Creo que no, creo que la fe de los españoles está oculta en el gélido invierno que atravesamos actualmente. Pero puede brotar.
Dicen que se trata de una fe urbana. No es cierto. Lo que ocurre es que la sociedad española es urbana y en las grandes ciudades se hacina la mayoría de la población. En el mundo rural faltan sacerdotes, aún más que en el mundo urbano. Y los pocos que quedan, están en la cuarta edad. Es igual, la tercera edad constituye hoy la vanguardia de Cristo en España. Y no son malos soldados.