- El gran Cisma de Roma, más cerca. Carta de protesta contra Amoris Laetitia (AL): ¿disipar errores o atacar al Papa?
- No me gusta el tono de la corrección filial al Papa Francisco: poco filial y muy arrogante.
- Aunque es verdad que se ha creado mucha confusión en los fieles con AL.
- Es verdad que el Papa debería aclarar las conclusiones del puñetero Sínodo…
- Pero el Papa es maestro y padre, no opositor ni presidente.
- Si nos cargamos a este Papa, probablemente el que venga si hará aquello de lo que acusamos a Bergoglio.
- En nombre de la lucha por el menesteroso, naturalmente.
Lo primero,
leer el texto completo. La página se llama
Corrección Filial al
Papa Francisco, y es el trabajo de más de
setenta sacerdotes e intelectuales católicos (los hay que son las dos cosas al mismo tiempo, no se crean)
en las que se acusa al Papa Francisco nada menos que de 7 herejías. Y confío en que no sea el simbólico el número 7 de la biblia, que significaría un montón y la ubicación del
Papa Francisco en la categoría de hereje a tiempo completo.
A ver, es cierto que el
Sínodo de la Familia (¡la madre que lo peinó!) podía no haberse celebrado jamás. En mi opinión,
ha sido el gran error del pontificado de Francisco. El mensaje del Sínodo de la Familia, desde su inicio, qué digo, desde sus prolegómenos, está
marcado por dos elementos peligrosos:
1.- La confusión creada. Antes del Sínodo todos teníamos claro que un señor en pecado mortal no puede comulgar, que un señor divorciado que vive amancebado con otra doña está en pecado mortal,
al menos según la norma. Luego, en cada caso, se aplicaban las excepciones,
generalmente la de comprometerse a vivir, con mayor o menor éxito, como hermano y hermana. Sí, lo sé, con algunas señoras es difícil cohabitar como hermano. Quiero decir, lo que me comentaba un ejecutivo de una multinacional española:
-Y entonces yo pensé: podía ser mi hija, pero no lo es…
Ahora bien,
lo importante no es la bragueta sino que el de la bragueta floja comulgue, porque eso es un sacrilegio de primer orden.
2.- Desde el Sínodo, el mensaje del
Pontífice argentino ha estado tutelado, por no decir secuestrado, por un entorno curial (la Curia, la puñetera curia) que, sólo en parte, faltaría más, parece estar creando la
Falsa Iglesia posterior al Cisma.
Dicho esto:
los autores de la carta resultan un pelín arrogantes y mucho me temo que estén contribuyendo a esa Falsa Iglesia que Satán pretende crear a través de un cisma en la actual y verdadera
Iglesia de Roma.
Hombre: acusar al
Papa Francisco de no sé cuántas herejías parece un poco fuerte. Además,
Amoris Laetitia no es herética (su capítulo ocho, tampoco) pero
como resulta que Bergoglio es porteño tiene esa desesperante tendencia a reparar en la excepción y no en la regla. Pero eso confuso (salvo para los residentes en Buenos Aires), no herético.
Oiga, yo estoy a favor de la Dubia de los
cuatro cardenales (ya sólo quedan dos) al Papa, aunque sería mejor que no la hubieran hecho pública. Lo de las cartas de los
70 cristianos laicos me parece muy agresiva y, sobre todo,
de un orgullo desmedido, que recuerda la antigua admonición:
puros como ángeles y soberbios como demonios".
Si el Papa ha cometido un error, y yo creo que sí lo ha cometido con el puñetero
Sínodo de la Familia, la solución es rezar por él y ayudarle a aclarar las cosas, no obligarle a hacerlas tachándole de hereje. Entre otras cosas porque alguna de las siete acusaciones-resumen del documento son retorcidas como una viruta. Más retorcidas que
Amoris Laetitia.
Insisto, el artículo ocho de
Amoris Laetitia no es herético, pero
sí se presta a confusión. Que el Papa lo aclarara (y no sé si puede hacerlo a estas alturas, un Papa que parece
secuestrado en el Vaticano) es bueno y yo lo aplaudiré, pero aprovechar ese error de forma, que no de fondo,
para tacharle el juego, no es otra cosa que hacerle el juego al Enemigo.
Enemigo que, si entiendo bien lo que ocurre, los signos de los tiempos, está creando el siguiente escenario:
si nos cargamos a este Papa, probablemente el que venga sí aprobará aquello de lo que acusamos en falso a
Francisco: la comunión sacrílega.
En nombre de la lucha por el menesteroso, naturalmente.
Se diría que
Satán se está sirviendo del orgullo de los conservadores para imponer a los
progres más cabrones.
Lo mejor es no hacerle el juego.
Y además:
si el cisma está a las puertas es que Francisco se aproxima al martirio. No vaya a ser que echemos al bueno y le sustituyamos por el malo (¡Cuán poco teológico me ha quedado esto!).
Posdata: Ese artículo no se hace responsable de las chorradas habituales de la prensa progre, o católica descolorida, que ventila la cuestión asegurado que
los laicos protestones de la protesta son 'ultracatólicos'. No lo son entre otras cosas, porque ya saben ustedes que, para la progresía todo católico es un ultracatólico. Es decir, un ultra.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com