- Especialmente la tele, paradigma del actual pensamiento débil.
- Don Miguel se habría carcajeado de tal denominación.
- El Quijote es una novela católica.
- Y Cervantes un cristiano, buen conocedor de los signos de su tiempo y de la condición española.
- En su tiempo no mitificaban el pensamiento, precisamente porque sabían crear mitos.
- ¿Por qué lo políticamente correcto, la progresía y la modernidad, resultan siempre tan horteras?
Quien no lea
Don Quijote y no concluya que está ante una novela cristiana es que no ha entendido nada. Por eso, me sorprendió el martes 20 un canal de TV -paradigma del actual pensamiento débil blanco, delicuescente- con ansias divulgativas -¡Ay madre!- empeñado en acercarnos a
Cervantes, muerto hace ahora 400 años. Y así le definieron:
librepensador.
Uno comprende que la
manipulación del pasado y de los grandes escritores o pensadores, en clave de actualidad constituye una de las notas distintivas de la modernidad, pero creía que la tontuna se había mantenido en niveles aceptables.
Si a don Miguel de Cervantes le hubiesen llamado librepensador habría colegido que hablaba con un cursi. La palabreja no estaba al uso en aquel entonces, entre otras cosas porque, antaño,
la gente no mitificaba el pensamiento, especialmente los creadores de mitos- y sabían que si un hombre podía pensar es que era libre… porque libre había sido creado. Pensamiento y libertad son dos caras de la misma moneda, por lo que librepensador es una reiteración florilinda
O sea, que lo de librepensador es una reiteración propios de cerebros reblandecidos, como los de la modernidad actual.
Cervantes era un escritor de recias raíces cristianas, nada beato y muy consciente de la cosmovisión católica y de los signos de los tiempos que le tocó vivir y de la condición española. Y el Quijote, es ante todo, una
novela católica.
La pregunta es: ¿Por qué lo políticamente correcto, la progresía y la modernidad, resultan siempre tan horteras?
El sábado 23 de abril se cumplen 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes. El genio no se merece que le insulten llamándole librepensador, condición propia de Alberto Garzón o similares.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com