Aborto. Y todavía hay quien asegura que un católico puede votar al PP
Estamos tocando el fondo, decía Paco Ibáñez, quien, a lo mejor, por aquel entonces, ni se plantaba la barbaridad del aborto. Más tarde, los revolucionarios, es decir, los progres, según costumbre inveterada, copiaron a los norteamericanos, a quien, en teoría, apostrofaban y en la práctica imitaban.
Cómo cabrear a todos todo el tiempo: pregunten en Moncloa
Es decir, llegó 1973 y la sentencia 'Roe contra Wade'. Una pobre chica a la que las feministas -guiadas por el 'todo vale' que les es tan propio- fue utilizada como un pelele y al final de su vida se convirtió en una luchadora provida. Pero ya era tarde. El aborto ya se había desparramado por Occidente.
Desde entonces, 1973, se ha ido avanzado, por el viscoso pantano del homicidio, y se ha pasado del aborto libre, al aborto gratuito y de este al aborto obligatorio.
Aquí en España fue el PSOE quien introdujo el aborto y el PP quien lo ha mantenido. El PP ha actuado con una cobardía y un cinismo increíbles en este asunto. Y estamos tocando fondo, porque hasta los presuntos diputados provida del PP, cuatro gatos, van cediendo y cediendo antes que perder su cargo. Ejemplo, observen la macedonia mental de la diputada pepera Lourdes Méndez Monasterio, cacao argumental que demuestra, como en efecto, estamos tocado fondo. Ojo, en Hispanidad le hemos alabado junto a sus compañeros que, por lo menos, tuvieron la osadía de enfrentarse al cobardón de Rajoy. Pero ahora (ayer, en 13TV) Méndez nos sorprende apostando por la normativa anterior sobre aborto, la ley deFelipe González, 1985, que es donde "todos nos encontrábamos cómodos". Y ésta, atención, es la mujer del PP que defiende la vida. Pues mire usted, la ley de 1985 provocaba aún más abortos que la Ley Aído de 2010, hasta rozar los 120.000 infanticidios anuales.
Ahora, el PP se apunta a la ley de 1985… tan abortera o más que la de Aído. Y eso, los diputados peperos presuntamente provida
Y ojo, porque puede haber un doble escándalo. El de una diputada que dice defender la vida y está, de hecho, defendiendo el asesinato (votó a favor) y el escándalo de una católica que juguetea con el primer valor no negociable para un cristiano. Ayer martes lo volvía a repetir el secretario de la Conferencia Episcopal española, José María Gil Tamayo, quien recordó que la Iglesia no entra en negociación en el derecho a la vida porque no es negociable.
¿Saben lo que ocurre? Que, como estamos tocando fondo, la coherencia se ha convertido en martirio. Si realmente se está dispuesto a defender la vida, Méndez Monasterio tendría que abandonar el PP e irse a un partido extraparlamentario. Hace 20 años no era así, hoy sí.
Nadie, tampoco Méndez Monasterio, mantiene en el PP la única postura de defensa de la vida: aborto cero y ayuda a los padres, sobre todo a la madre, para que pueda dar a luz a sus hijos y criarlos.
Sin embargo, todavía hay quienes aseguran que un católico puede votar al Partido Popular.
Es cierto que no se puede engañar a todos todo el tiempo pero sí se puede cabrear a todos durante todo el tiempo. Eso es lo que ha conseguido Mariano Rajoy con el derecho a la vida. Enhorabuena, señor presidente.
En paralelo, la sociedad camina hacia el manicomio. Antes, el aborto era quemazón carnal por el sexo. Ya saben, me gusta copular pero separo sexo de amor, sexo de compromiso y sexo de procreación. Pero esa etapa ha sido felizmente superada, ahora el aborto se ha convertido en ideología. No sólo quiero separar sexo y amor en mi vida, ahora exijo que los separe todo el mundo, por imperativo legal.
Sí, hemos tocado fondo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com