El montaje no es malo. No sé si exagerado pero cuando se persigue a un niño de cinco años y a sus padres, sólo por pedir que se cumpla una ley que dice algo tan molesto como que los padres tienen derecho a que se cumpla una sentencia que ordena ofrecer una cuarta parte de las asignaturas en español...  

El montaje es agresivo, lo sé pero realmente la situación en Cataluña, la locura de la Cataluña indepe ha llegado a que se produzca esa comparación entre lo que está ocurriendo en Canet de Mar con el Ku Kus Klan y el racismo en los Estados Unidos del pasado año: el ensañamiento con una criatura de 5 años. Y a partir de ahí, todo es posible. SI no todo lo imaginable sí lo concebible. 

Pero lo peor no son los independentistas sino quien les permite continuar con esta trágica parodia, donde el verdugo se convierte en víctimas y las víctimas, el niño y sus padres, en verdugos. Y quien les permite esto es un tal Pedro Sánchez, empeñado en mantener el apoyo del indeseable de Gabriel Rufián para mantenerse en el poder. 

Todo ello con la espantosa mentira de que la derecha pretende politizar la educación, lo que cual puede ser posible pero ni quita ni pone nada a la gravedad del asunto: la gravedad no es que Pablo Casado politice Canet de Mar, lo importante es lo que realmente ha pasado en Canet de Mar.