Sr. Director:
Desde distintas ciudades españolas se fletaron autobuses a Madrid el domingo 24 de marzo para la Gran Manifestación por la Vida, que congregó a miles de ciudadanos que levantaron “la voz” contra “el aborto” y la “cultura de la muerte”, ciudadanos que no se conforman con que la vida de un animal esté más protegida por las leyes que la de un ser humano. El lema de la Marcha, ‘Sí a la Vida’, coincidía con el nombre de la Plataforma convocante, formada por más de 500 asociaciones que defienden la vida humana “desde su concepción hasta su fin natural”. Sesenta mil globos de color verde, símbolo de esperanza, surcaron el cielo azul madrileño desde la calle Alcalá. Se exigió, a los políticos, respeto al no nacido y ayuda a las madres embarazadas en difícil situación. A muchas mujeres se las empuja al aborto con leyes que desprotegen al niño que llevan en su vientre. Son leyes que dejan la vida de esos niños al albur de la decisión de la madre tomada en difícil situación o de gran soledad, que no le permiten, en muchos casos, decidir en libertad ni medir las consecuencias ( existe el síndrome postaborto) . La Presidenta de la Federación Provida, Alicia Latorre, no quiso banderas en la manifestación. ¿Son conscientes, los políticos, del invierno demográfico que nos atenaza, y de la crueldad e inmoralidad que supone el aborto contra la criatura humana más inocente y vulnerable?