San Juan Bosco
Sr. Director:
Han celebrado, el 31 de enero, los salesianos la festividad de su santo patrono, don Bosco. Fue un educador que se adelantó a los tiempos: renovador en el auténtico sentido de la palabra, todo lo contrario de los nuevos visionarios radicales que quieren desterrar del sistema educativo todos los valores morales y religiosos, para dejar a los educandos en el nihilismo y amoralismo más destructor para las jóvenes generaciones. San Juan Bosco basó su modelo educativo en la prevención, la mejor forma de evitar males (fracaso y abandono escolares; vicios que conducen a la droga, al alcohol y la pornografía…), auténticas lacras que corrompen a muchos jóvenes de los que se sirven adultos para ganar millones de euros. El modelo educativo de San Juan Bosco es prioritario actualmente, si se tiene en cuenta la deriva educativa que subyace en el modelo educativo que propugna la ministra Celaá basado en un modelo trasnochado de escuela única, laica y única contrario a la constitución y enemigo de la libertad, con la ideología de género como colonización cultural como denuncia el Papa Francisco.
Por experiencia en la ciudad de Turín, San Juan Bosco sabía muy bien que los jóvenes estaban expuestos a muchos peligros físicos y morales que los conducían a la marginación social, a la ignorancia y al crimen. Alejarlos de aquellos peligros fue la primera medida que tomó y así poder empezar un nuevo modelo educativo, basado en la compresión y amor hacia los chicos. No esperaba que los muchachos llegaran a su institución, innovadora en su tiempo, el Oratorio, sino que él los buscaba en aquellos lugares lúgubres donde los chicos pasaban su triste vida sin más futuro que la pobreza y la miseria. Se servía de todas sus muchas habilidades sociales para atraer a los jóvenes: teatro, música, circo, juegos malabares (…) todo le servía para que sus queridos chicos se formasen como buenos cristianos y buenos ciudadanos, que es lo mismo. Aquella novedad educativa basada en la prevención y en la libertad de los alumnos, no fue vista con buenos ojos por los nobles e incluso por el mismo arzobispo de Turín, lo que motivó que San Juan Bosco durante tiempo se viese marginado, hasta que el Papa reconoció su institución educativa, los Salesianos, nombre que tomó de San Francisco de Sales, el dulce obispo, patrón de los periodistas. Don Bosco no sólo fue un hombre de Iglesia convencional, sino que fue un excelente escritor y periodista. En la obra educadora de San Juan Bosco, hay que destacar el matiz maternal que le dio por influencia de su madre Margarita y sobre todo, por la gran Señora, la Santísima Virgen María Auxiliadora, referente educacional de los Salesianos.
Es justo y obligado reconocer que uno de los grandes méritos de San Juan Bosco, fue el haber concebido como un gran valor educación la Formación Profesional. Se anticipó al actual modelo de formación Profesional Dual, integrándola en su proyecto educativo del Oratorio. España tiene una deuda de agradecimiento para los Padres Salesianos, por cuyos colegios han pasado muchos alumnos que hoy reconocen con sinceridad la formación recibida gracias a los hijos de don Bosco.