Sr. Director:
No puedo por menos que escribir estas líneas ante las noticias que desde la Diócesis de Madrid y más concretamente desde una de sus parroquias, la de San Carlos Borromeo, nos llegan día a día.
Hete aquí que hoy leo en diversos medios escritos que "los progres remunerados" han acudido a la misa de Resurrección celebrada en dicha parroquia. ¡Dios mío, nuestras almas están salvadas, loados sean los que iluminan nuestras conciencias! ¡Cómo no me había dado cuenta hasta ahora de que la Iglesia estaba en peligro por culpa de sus caducas normas, de su rancia jerarquía!¡Gracias sean dadas a este nuevo movimiento progre-catecumenal! Ahora sólo espero que la siguiente visita la realicen a todas aquellas parroquias de los distintos pueblos de nuestra España en la que sacerdotes, realmente comprometidos con sus fieles, tienen que jugarse el físico en la carretera para antenderlos, para dar la comunión a aquellos que quieren recibir el cuerpo de Cristo, la Sagrada Forma (las rosquillas para las verbenas), para confortar a aquellos que, en la soledad de muchas aldeas, desean morir en paz con su alma...
Supongo que su siguiente peregrinaje será por las tierras de África en la que tantos y tantos misioneros, hombres y mujeres, seglares y religiosos, ofrecen sus vidas a los demás siguiendo el Evangelio. Y después podían pasarse por China, no precisamente para seguir los pasos de la Vicepresidenta -Dios guarde muchos años en beneficio de la defensa de los Derechos Humanos- sino para acompañar a aquellos católicos que, en la oscuridad, privados de libertad y perseguidos, profesan su fe al margen de la iglesia oficial.
Ah, pero no, se me olvidaba, que estos son perseguidos por su fidelidad a Roma....uy no, estos que se fastidien, por tontos... qué es eso de someterse a la jerarquía... aún si se sometiesen a la "Jerarquía de la subvención estatal" o si en lugar de los Santos Evangelios al menos guardasen en sus casas un ejemplar de la Ley del Cine, pues bueno, aún serían merecedores de su apoyo, digo yo. Más tarde y ya de regreso a "este país" antes llamado España, si no quieren pasarse por el continente americano -más que nada por la cercanía al anticristo Bush y no vaya a ser que San Fidel les grabe a lomos de un/a jinetero/a- se podían ir a darles una palmadita en la espalda a los pobres cristianos de Irak.....aunque total, mejor se la dan a los "insurgentes" que llevan toda la razón del mundo. Además, total, esos cristianos son cuatro y los de la guitarra y hablan una lengua muy rara, el arameo -oh, casualidades de la vida, la que hablaba Jesucristo.
Ahora en serio, cómo personajillos como estos, incapaces de guardar el más mínimo respeto a los sentimientos y creencias de los que nos sentimos católicos, que profesamos nuestra fe, en mayor o menor medida, que pecamos más o menos, pero que, a fin de cuentas, pertenecemos a una iglesia, nuestra Iglesia, que hemos ido construyendo todos año tras año, siglo tras siglo, con la que podremos estar o no de acuerdo en unos u otros puntos, pero que respetamos y cuyas reglas aceptamos y asumimos, como fieles que somos, vienen a darnos lecciones de moralidad y de solidaridad. Cómo son capaces de llevar a su boca el nombre de Cristo, si sólo lo hacen para fabricarse un Jesús a su medida. ¿Que cómo? Pues muy sencillo, porque guardan en su interior un odio tal a todo lo que no sea ellos mismos, que son capaces de ir a misa con tal mofarse de todo aquellos en lo que otros creemos sinceramente, en todo aquello que nos ayuda a seguir adelante hasta el fin de nuestros días, sabiendo que después hay algo mejor.
Por si las moscas, y si alguno de los "progres-subsidiados" lee esta líneas, que conste que tengo 37 años, no soy seguidor de Lefevre, ni un integrista religioso. Simplemente soy alguien de mi tiempo que profesa una fe y que está harto de que su Iglesia sea objeto de mofa y escarnio cada dos por tres. Claro, que igual es que estas cosas hacen más gracia que los programas de televisión o las películas de todos estos. No sé, hace tanto que no los veo.
De los sacerdotes presentes en esta situación no voy a hablar, precisamente por lo que he dicho antes, por mi pertenencia a la fe católica y por el respeto a sus instituciones. No obstante, allá con sus conciencias, pero que tengan presente una cosa Boff y Casáldáliga son gente de otro tiempo, hoy la Iglesia es otra cosa.
Pablo Luis Marín Nebra
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