Sr. Director:
En el programa de actos de este año, de la tradicional cena de la Inmaculada, de la Tuna de Derecho de la Universidad de Sevilla, se incluía la presencia de Pilar Llop, ministra de Justicia, para entregarle un premio como representante de su ministerio, por los «actos y aportaciones... al prestigio y continuidad» de esta tuna. ¿Toda una ministra feminista en la cena más especial de una institución tan insoportablemente macromachista y piropeadora como es la tuna? ¡Algo pasa aquí!
Porque conociendo la obsesión de este Gobierno por invadir y someter todos los espacios públicos y privados, no es ocioso sospechar que la aparición de esta señora constituyera una maniobra de avanzadilla preparando el desembarco de su colega Irene Montero y sus amiguis de la banda de la tarta, para transformar de cabo a rabo (con perdón) la tuna.
Primero eliminarían eso tan facha y antilaico como es cantarle a la Inmaculada, para ir imponiendo después un nuevo cancionero de contenido feminista, progresista, plural, diverso, inclusivista y ecosostenible; y acabar obligando a que rondasen no sólo a mujeres, sino a personas de todos los géneros habidos y por haber, que también integrarían las propias filas de la tuna. Purificarían así a la tuna de sus ancestrales vestigios machirulos dejándola abierta a todos, todas y todes.
¡No sabe la tuna el grave riesgo que corre de perder su esencia, al invitar a «feministras»!