Sr. Director:
Tíldenme de irresponsable y de todo lo que ustedes quieran pero no seré yo quien acuda a dar mi voto el día 25 de diciembre ni cualquier otro día.
Y me da la impresión de que esta quedada para no ir se está haciendo viral entre los ciudadanos. El bochornoso debate de investidura al que hemos asistido anima a simpatizar con el anarquismo.
Pues ha llegado un momento en que las posturas absurdas que defienden los antisistema se me hacen más comprensibles que las que defienden los partidos llamados a presidir España.
Por dos veces los ciudadanos hemos dejado claro a través de las urnas que el futuro gobierno se ha de construir consensuadamente entre las distintas fuerzas parlamentarias. Esto lo entendería hasta Don Quijote en sus peores días. Pero, por lo visto, el ilustre caballero andaba menos espeso de entendederas en sus postrimeros momentos que sus señorías.
Empecinados unos en demostrar su rencor, otros, en articular desde el atril la mejor réplica, y todos ellos apoyándose entre sí para defender el bloqueo. El 25 de diciembre, navidades jubilosas, lo único que puede salir de las urnas es la suma de la abstención, la irritación y el hartazgo.
O sea, un resultado carambola que ni el mejor de los Sibilinos sabrá cómo interpretar. Pero si es eso lo que quieren, lo tendrán.
Jon García Rodríguez
Carlos Ocaña se confirma como el hombre fuerte de Telefónica, en representación de Moncloa... y de Florentino
11/12/24 18:08