Sr. Director:
No cabe duda de que el acercamiento entre EE. UU. y Cuba es una buena noticia.
El mismo Raúl Castro se congratuló del deshielo ante la ONU, justo antes de culpar al embargo de todos los males de los cubanos. Como si la represión y la falta de libertades no hubieran hecho daño alguno.
El tiempo de las palabras ha pasado, es hora de que la apertura se note en la isla.
Desde EE.UU. ya han hablado, ahora le toca a Castro mover ficha y anunciar algún cambio en el régimen.
Xus D. Madrid
Las dieciséis mártires carmelitas de Compiègne, guillotinadas en la Revolución Francesa
15/12/24 07:00