Sr. Director:
Había un burro atado a un árbol; vino el demonio y lo soltó. El burro entró al huerto de los vecinos y empezó a comerlo todo.
La mujer del campesino lo vio, tomó su rifle y disparó. El propietario del burro oyó el disparo, salió, vio a su burro muerto y se enfadó,
tomó su rifle y disparó a la esposa del campesino. Al regresar, el campesino encontró a su mujer muerta y mató al dueño del burro.
El demonio fue preguntado qué había hecho. Respondió: Nada, sólo he soltado al burro.
Moraleja: si quieres destruir un país, suelta a los burros.
Dile a los jueces y juezas... Vicente Vallés, ejerciendo de feministo
14/12/24 15:00